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LA REFORMA EN LOS DOS GIGANTES COMUNISTAS

El Ejército, en la retaguardia del cambio en China

La presencia militar en el nuevo Politburó queda reducida a mínimos históricos

Las fuerzas armadas chinas, protagonistas indiscutibles de la llegada al poder de los comunistas en 1949, atraviesan con paso reacio el puente hacia su supeditación al poder civil bajo el respetado ordeno y mando de Deng Xiaoping, quien permanece al pie del cañón al frente de las comisiones militares del partido y del Estado, esta última creada en 1982, cuyas composiciones son casi idénticas. A su diestra se sentará el nuevo secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh), Zhao Ziyang.

Todo ello afianza la largamente añorada supervisión del partido sobre los asuntos militares y a su izquierda, el más incondicional de todos los compañeros de fatigas de Deng, el general Yang Shangkun, actual jefe de las fuerzas armadas. La presencia militar en el nuevo Comité Central es de sólo 20 hombres, la cifra más baja en toda su historia. Los militares ven con mucho mejores ojos a Zhao que a su antecesor, Hu Yaobang, al que nunca permitieron sentarse en las comisiones militares.El Ejército Popular de Liberación (EPL), fundado en 1941 para luchar contra las tropas del Kuomintang, ha visto cómo sus ambiciones han quedado relegadas al último lugar en la escala modernizadora china, detrás de la industria, la agricultura y la ciencia y tecnología. Su misión en la pacífica vía china hacia el socialismo vincula su modernización con el desarrollo del país.

Trasvase

Los primeros pasos en este sentido han sido el trasvase, ya concluido, de casi un millón de hombres al sector civil o al retiro, así como la supeditación de la industria militar a las necesidades más perentorias de los mil millones de ciudadanos chinos. Deng ha asestado un golpe mortal a las pretensiones de aquellos que favorecían el incremento de los gastos militares a expensas del desarrollo científico y tecnológico.En tiempo de paz "debemos disponer las cosas de tal manera que, de acuerdo con la demanda del país, los productos puedan ser usados tanto por los militares como por los civiles", explicó hace ya dos años Ding Henggao, ministro de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Industria de la Defensa Nacional (CCTIDN). "La modernización del Ejército habrá de esperar a que se desarrolle plenamente la economía nacional", afirma el general Qin Jiwei, jefe de la región militar de Pekín, nuevo en el Politburó del Comité Central del PCCh y cuyo próximo destino puede ser bien el Ministerio de Defensa, bien la jefatura de las fuerzas armadas, puesto éste que hasta el momento ocupa el anciano Yang Shangkun (81 años).

Punto de mira

El Estado y el partido tienen en estos momentos un único punto de mira: la construcción económica del país, y, mal que les pese, "los militares tendrán que someterse al interés de la mayoría", explica el general Qin. En su informe al XIII Congreso, Zhao pasó completamente de puntillas sobre tan espinoso tema, limitándose a recordar que el EPL se ha de subordinar a "los intereses de la construcción nacional".En su organización interna, el EPL está implantando diversas reformas tendentes a depurar, remodelar y profesionalizar una institución que tiene sus orígenes en una guerra de guerrillas. En Pekín, por, ejemplo, un 70% de la oficialidad tiene estudios superiores. Asimismo han resucitado los galones y se han introducido ordenadores que permiten agilizar el control sobre los 3,2 millones de hombres en armas que velan por la seguridad del país.

[El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, envió un mensaje de felicitación a Zhao Ziyang por su designación como secretario general del Partido Comunista Chino, informó ayer la agencia Tass.]

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