Preservar el porvenir

El pasado 27 de agosto fallecía en su casa de Madrid, a los 70 años de edad, Tomás Cruz, creador del Premio Sésamo de novela corta. La noticia no sólo conmovió a los miembros del jurado, sus familiares y amigos, sino que les hizo temer por el porvenir de un premio que a lo largo de su trayectoria (iniciada en 1952), había sabido convertirse en uno de los más prestigiosos del saturado espectro nacional de galardones literarios. La familia de Tomás Cruz y la Editorial Debate anunciaron el pasado martes su compromiso de continuar con la convocatoria anual del Sesamo.Tomás Cruz, voluntario de la aviación republicana, en la que alcanzó el grado de comandante, estuvo exiliado en Francia y encarcelado en España entre 1946 y 1949. En los años cincuenta descubrió que el suelo de un local que su mujer poseía en la madrileña calle del Príncipe estaba hueco. Allí abrió un local inspirado en las caves existencialistas del barrio de Saint Germain, en París. La creación del Premio Sésamo, cuya convocatoria anual era avivada por Cruz, fue una consecuencia lógica. Escritores como Alfonso Grosso, Ramón Nieto o Juan Marsé obtuvieron el premio en ocasiones anteriores.