Ingresos en el INEF

Cada septiembre, aquellos chavales que pretenden entrar en el INEF vienen encontrándose con una situación injusta y difícil. Frente a la cada vez mayor demanda de plazas por parte de los jóvenes existen pocos centros y con poca capacidad. Se les exige un nivel cultural (selectividad o pruebas culturales de acceso), y las notas obtenidas en este apartado determinan su puntuación final, al ser ésta la nota media entre las pruebas físicas y culturales. La preparación que necesita cada chaval para pasar el examen físico, cuesta dinero y mucho sacrificio para jóvenes que buscan una salida profesional; durante muchos meses deben entrenar para conseguir estar mejor preparados que la mayoría de sus compañeros; no existe una nota alcanzable, ésta la marca el que mejor preparado esté. Después de una exhaustiva preparación y de la escasez de plazas se encuentran estos jóvenes con una falta de coherencia en los jueces al evaluar sus ejercicios físicos y, lo que es peor, con la mayor indiferencia por parte de éstos. Si alguno de los chavales no esta de acuerdo con la puntuación obtenida, le dan un no por respuesta; si presenta un recurso, se le niega, y sólo le queda esperar pacientemente el resultado de las pruebas.Pero la situación de este año rebasa con mucho la de años anteriores. Debido a la huelga de profesores del INEF, los chavales que tenían fijada su fecha de examen no saben cuánto se demorarán; las pruebas, que deben durar un día, se alargan a dos, con lo que todo esto puede repercutir en la preparación física de los jóvenes. Muchos de ellos han tenido que pagar una matrícula en otra facultad en espera de saber los resultados, que pueden no saberse hasta el mes de noviembre, perdiendo algunos el dinero de la matrícula. Y yo me pregunto, cuando un grupo de profesionales decide utilizar un derecho de todo trabajador a la huelga, ¿por qué no se plantean

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los derechos de estos chavales que, año tras año, deben esperar para conseguir su acceso a aquello por lo que tanto han trabajado?- . .