La donación

España ha sido el primer país en hacer una donación a Bolivia para que recompre su propia deuda externa. La donación ha sido de 20 millones de dólares (alrededor de 2.400 millones de pesetas), correspondientes a dos créditos de los fondos de ayuda al desarrollo (FAD). La posición española frente al país andino, defendida por los representantes del Ministerio de Economía y Hacienda en el Fondo Monetario Internacional (FMI), es la siguiente:- La Compañía Española de Seguro de Crédito a la Exportación (CESCE) tiene cerrada su cobertura con Bolivia desde 1972, habiendo acumulado por siniestros comerciales y por cuenta del Estado 45 millones de pesetas.
Dado que España era un país mínimis, no participó en la refinanciación del Club de París de julio de 1986. Esta situación conlleva automáticamente que se liquiden todos los pagos pendientes en su vencimiento original. No obstante, actualmente existen pagos pendientes, incluyendo intereses de demora, por valor de 173.461 dólares.
- Por lo que respecta a la ayuda oficial, en mayo de 1983 se aprobó un crédito FAD de dos millones de dólares; en julio de 1986 se aprobó otro crédito FAD de 15 millones; actualmente se ha concedido un nuevo préstamo de libre disponibilidad por valor de cinco millones de dólares.
- La información del Banco de España referida a activos de la banca española sobre no residentes indica que frente a Bolivia se mantiene un riesgo de 630 millones de pesetas.
No obstante, los datos suministrados por las propias autoridades bolivianas señalan que las sucursales de bancos españoles en el exterior mantienen también activos sobre Bolivia.
La masa crítica
Como consecuencia del acuerdo con la banca acreedora, España y Bolivia han acordado que los créditos de fondo de ayuda al desarrollo de 15 y 5 millones de dólares sean canalizados al trust_fund establecido en el Fondo Monetario Internacional (organización encargada de supervisar todo el proceso) para contribuir a que Bolivia alcance cuanto antes la masa crítica de 50 millones de dólares.
Así, España se convierte en el primer país donante. A cambio de esta participación y de variar el fin de los créditos de fondo de ayuda al desarrollo, el país andino se compromete a utilizar recursos propios para pagar a los exportadores españoles que iban a utilizar el FAD de 15 millones de dólares (1.800 millones de pesetas).
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