El vídeo supera al cine

Con un parque de magnetoscopios domésticos que pronto alcanzará la cifra de tres millones de unidades, el mercado español el vídeo sigue viviendo épocas de prosperidad. Durante el año 1986 se editaron 2.900.000 videocasetes conteniendo largometrajes: con la rotación que impone el sistema de alquiler de los videoclubes se puede calcular que el número de personas que ven cine pregrabado supera ya al de espectadores de pantalla grande. Sonimag ha sido, como todos los años, el escaparate de los estrenos para otoño, con más de 200 nuevos títulos.

El Palacio de Congresos, edificio que Sonimag 87 ha reservado a las videoproducciones, no tiene una potente refrigeración. Tal vez por ello abundan más azafatas con escasa ropa, recorriendo los pasillos en patines o atendiendo a los agobiados visitantes, que reciben todo tipo de material promocional. Hay que llamar la atención: la sensación de la feria ha sido Cicciolina, cuya presencia promocional causó tal aglomeración humana que desbordó al servicio de protección.A pesar de esos alborotos, el sector de videoproducciones parece tender hacia la estabilización. Las noticias de que la Administración pretende regular el devastador fenómeno del vídeo comunitario han despertado ciertas esperanzas de recuperar zonas perdidas para el vídeo. Han desaparecido muchas de las compañías diminutas de otros tiempos, y las grandes, que cuentan con eficaces sistemas de distribución, acuden a Sonimag esencialmente por motivos de prestigio de marca. Hay algún pabellón de espectacular diseño pero la tónica es de sobriedad.

No se puede decir lo mismo de la oferta de películas. Un alto porcentaje de las novedades son misteriosas producciones de la serie B de origen desconocido, que exhiben grotescas portadas. La mayoría pertenecen a los géneros de horror, violencia urbana o son descendientes del fenómeno Rambo. El héroe de Sylvester Stallone tiene incluso un contrincante ruso: el comandante Schatejin, protagonista de Soviet: la respuesta (Kalender Video), que aumenta su morbo por el hecho de estar dirigida por el hijo de Andrei Gromiko.

Editoras españolas

La voracidad de las editoras españolas hace que aparezcan verdaderas curiosidades pescadas en el mercado internacional de derechos. La diligencia II (Mid West) es un remake de la clásica de John Ford, con reparto country: Chris Kristofferson, Johnny Kash, Willie Nelson, etcétera. Un cierto sacrificio (Kalender) es un truculento mediometraje underground protagonizado por Madonna antes de su época triunfal. Se publica también La pequeña tienda de los horrores (Destron), versión colorizada de la película de Roger Corman.A pesar de las campañas que intentan potenciar películas desconocidas en razón de su temática o de la presencia de algún actor ahora famoso, las cintas más solicitadas son las que obtienen material que acaba de pasar por las salas de cine; este es el caso de El nombre de la rosa (Embassy), Terciopelo azul (Dister), El honor de los Prizzi (IVS), Una habitación con vistas (Weekend), Crímenes del corazón (Dister), Memorias de África (CIC) y Bailar con un extraño (Metromedia). En algún caso se estrenan en vídeo películas no pasadas por los cines españoles, como Mandela (Travelling), reciente superproducción de Hollywood sobre el líder surafricano.

Otros títulos que hacen su aparición son La huida (Impact), Dinero caído del cielo (MGM-UA), A chorus line (Embassy), Un loco suelto en Hollywood (Filmayer), Subway (CBS-Fox), Diner (MGM-UA), La luna en el arroyo (New Line), Mi primo americano (Virgin), El té del harem de Arquímedes (IVS) y Viajes con mi tía (MGM-UA).

Respecto al cine español, aparecen películas como El río de oro (Voss), El disputado voto del señor Cayo (Record Vision), Hay que deshacer la casa (CBS-Fox), Mi general (Opalo) y Adiós, pequeña (Warner). En contraste, el lanzamiento otoñal de una pequeña compañía consiste en lanzamientos de títulos añejos de Rocío Dúrcal: La novicia rebelde, Buenos días, condesita o Más bonita que ninguna se pueden ver ahora en vídeo.

Con el aumento del número de magnetoscopios, que ya están presentes en el 21% de los hogares españoles, la posibilidad de vender cintas al público está tentando a un número mayor de compañías. Warner Home Video, que ya probó con dibujos animados, inicia la Colección 007, ocho títulos de la serie James Bond que se venden a menos de 3.000 pesetas por unidad.