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Miles de personas en el primer recital benéfico de la URSS

Pilar Bonet

El poema de Ana Ajmatova Réquiem, un canto contra la represión estalinista inédito en la URSS hasta este año, fue recitado el viernes 25 de septiembre en Moscú ante un auditorio de varios miles de personas en un concierto sin precedentes en la URSS por su contenido, el nivel de sus participantes y por ser el primero oficialmente catalogado como benéfico o filantrópico, con billetes de precio muy superior a lo habitual.

El concierto fue organizado por el Fondo de Cultura, una entidad creada tras la llegada al poder de Mijail Gorbachov en cuya directiva se encuentra la esposa del máximo dirigente, Raisa Gorbachova, quien no pudo ser vista.El fin del concierto, en el que participaban artistas del teatro Bolshoi, era recoger fondos para transformar una iglesia moscovita en una sala de conciertos. Hasta hace poco, la iglesia se encontraba prácticamente convertida en un transformador eléctrico.

En el verano de 1986, la cantante Ala Pugachova organizó un concierto de rock para recoger fondos con destino a los damnificados del accidente de la central nuclear de Chernobil, pero el concierto del viernes fue el primero donde se utilizó la palabra benéfico. El término filantrópico, utilizado por el diario Pravda, había sido evitado hasta ahora. Las entradas costaban entre 8 y 12 rublos (entre 1.800 y 2.700 pesetas), lo que está muy por encima de los precios habituales en la URSS.

Bailarines del Bolshoi, como Ekaterina Maximova y VIadimir Vasiliev, la orquesta Virtuosos de Moscú y actores de Leningrado y Moscú participaron en el concierto, al que asistía la flor y nata del mundo cultural moscovita. El texto de Réquiem fue leído por la actriz del teatro de la Taganka de Moscú Ala Dimidova en medio de un silencio impresionante. Tras la declamación del texto, la soprano del Bolshoi Tamara Ziniavskaia cantó unos fragmentos de La pasión según san Mateo, de Bach, a los que siguió una enorme ovación. En el escenario, el actor Serguei Yurshki leyó poemas de VIadímir Maiakovski, Boris Pasternak y Osip Mandelshtam.

Ana Ajmatova, calificada de "medio monja, medio prostituta" por Andrei Zhdanov, el responsable de la ortodoxia cultural estalinista tras la II Guerra Mundial, sufrió en su propia familia la represión de Stalin. Su hijo pasó 14 años en un campo de concentración, y sus amigos corrieron suertes análogas o peores.

Los versos de Gumiliov han comenzado a ser publicados en la URS S en el marco del segundo deshielo cultural, emprendido bajo el poder de Gorbachov.

El Réquiem es considerado como un canto de todas las mujeres rusas cuyos familiares fueron encarcelados o fusilados en las purgas. La poetisa fue rehabilitada poco antes de morir, en 1966.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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