Un nuevo convoy militar de EE UU se dirige hacia el estrecho de Ormuz

Un nuevo convoy de barcos de guerra norteamericanos en misión de escolta de petroleros kuwaitíes dejó ayer al alba el emirato en dirección al estrecho de Ormuz. Este viaje se realiza en un momento de máxima tensión en el Golfo, tras el ataque norteamericano del lunes contra un buque iraní y las amenazas de represalias de los dirigentes de la República Islámica de Irán. El Pentágono ha confirmado que sus fuerzas "no hicieron ningún esfuerzo previo para contactar" con el barco iraní atacado y que tampoco efectuaron "disparos de advertencia".

El Gass Prince, transportador de metano, y su escolta de buques norteamericanos tienen que recorrer unos 1.000 kilómetros desde Kuwait a Ormuz. Éste es el décimo convoy de este tipo desde que a mediados de julio el Pentágono comenzó su plan de protección de 11 petroleros kuwaitíes rematriculados en Estados Unidos. Los nueve viajes precedentes se desarrollaron sin incidentes serios, salvo el primero, en el que una mina tocó al petrolero Bridgetown.En esta ocasión, los iraníes se consideran en virtual estado de guerra con el archisatán, como el presidente Sayed Alí Jamenei llamó a Estados Unidos en su discurso del martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los dirigentes de la República Islámica de Irán han mostrado unidad en su reacción verbal ante el ataque sufrido por su embarcación en aguas internacionales del Golfo el lunes por la noche.

Jamenei prometió en Nueva York "la extensión del conflicto más allá del Golfo", y el presidente del Parlamento, Alí Akbar Hachemi Rafsanyani, dijo en Teherán que "el crimen no quedará impune".

Conflicto directo

El poderoso Molisen Rezai, comandante en jefe de los pasdaran (guardianes revolucionarios), proclamó en la capital iraní que ese suceso supone "el inicio de un conflicto directo entre Irán y EE UU". "Los combatientes iraníes", añadió Rezai, "han controlado sus nervios hasta ahora, pero en la situación presente darán pronto un golpe a EE UU como nunca han conocido en su historia".Teherán pide la restitución inmediata de los 26 supervivientes del Iran Ajr. Las televisiones norteamericanas han mostrado imágenes de estos hombres a bordo del Lassalle, buque almirante de la flota estadounidense en el Golfo. Estaban tendidos en lechos de campaña y vigilados por marines, vestían camisetas norteamericanas y tenían las manos atadas. El Pentágono afirma que no son prisioneros de guerra, sino "detenidos", y que serán restituidos "tan pronto como se pueda".

No han faltado voces en Estados Unidos que pidan el intercambio de los marineros iraníes por los rehenes norteamericanos en poder de grupos integristas pro iraníes en Líbano. Entre ellos, el parlamentario James Sensenbrenner, en una carta dirigida al presidente Ronald Reagan. Pero el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, informó ayer que estos hombres serán entregados a la Media Luna Roja del sultanato de Omán.

Weinberger inició ayer una gira de cinco días por el Golfo, en la que visitará Arabia Saudí y Bahrain, e inspeccionará sus fuerzas aeronavales en la región, más de 30 buques de guerra, incluidos un portaviones, un portahelicópteros y un acorazado. Unos 25.000 hombres están en pie de guerra a bordo de esa flota.

Fred Hossman, portavoz del Pentágono, ha confirmado que la flota estadounidense seguía los pasos del Iran Ajr desde que zarpó de un puerto iraní, donde había efectuado "operaciones sospechosas de carga".

La embarcación atacada fue seguida por radar y desde aviones de combate hasta que, en la noche del lunes, los norteamericanos comprobaron con aparatos de visión infrarroja que estaba colocando minas en aguas internacionales. El Iran Ajr, ha confirmado Hossman, fue bombardeado sin previo aviso.