"Todos a casita"
A la entrada de una unidad cubana cercana al aeropuerto de Luanda, un enorme cartel afirmaba en castellano: "Nos quedaremos en Angola el tiempo que sea necesario".Sin embargo, en la sureña base aérea de Matala, donde, entre risas y gritos de alegría, asistimos al embarque en el carguero de Aeroflot de unas decenas de soldados cubanos vestidos de verde oliva, un oficial que chupa nerviosamente un grueso puro comentó: "Hasta ahorita, muchachos. Pronto nos marcharemos todos a casita. Los angoleños ya no tienen con qué pagarnos el año que viene".
La ironía del cubano no escapó a nuestro guía angoleño, que replicó en voz baja: "Tampoco nos hacen falta ya. No son ellos los que están en las zonas de combate. Antes murieron muchos cubanos, pero ahora los muertos, los mutilados, son casi todos nuestros. Para los cubanos hay siempre comida; nuestros soldados deben contentarse con arroz y pescado seco".
Este estado de ánimo parece generalizado. Militantes y responsables locales del Movimiento para la Liberación de Angola (MPLA), partido único del país, dicen claramente que si se van los cubanos "no pasará nada". "Ya tenemos", añaden, "nuestro ejército, nuestra aviación, nuestra marina y somos capaces de defendemos".
El ministro angoleño de Defensa, coronel Pedro María Tonha, Pedale, afirma que "quien hoy hace la guerra en Angola, combate a UNITA y se enfrenta a las incursiones surafricanas es nuestro Ejército". Para Tonha, los cubanos fueron de "una gran ayuda" al principio, porque se precisaba transformar a unos batallones de guerrilleros acostumbrados ala -guerra colonial en unos soldados disciplinados e instruidos capaces de cambatir contra las invasiones de un ejército moderno como es el surafricano.
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