Miembros de Greenpeace impidieron el vertido de 1.800 toneladas de residuos tóxicos en el Golfo de Cádiz
Cuatro miembros de la organización ecologista internacional Greenpeace se encadenaron a primeras horas de la mañana de ayer al buque Nerva, evitando que zarpara junto al Niebla, embarcación de similares características, para verter en aguas del golfo de Cádiz 1.800 toneladas de dióxido de titanio procedentes de la empresa Tioxide España. Los ecologistas, que no opusieron resistencia cuando la policía cortó las cadenas, realizaron una acción similar el pasado año, y solicitan a la Dirección General de la Marina Mercante que no renueve, el próximo día 10, las licencias para realizar estos vertidos, que se llevan a cabo diariamente desde hace más de una década, a 35 millas de las costas de Cádiz y Huelva.
Nueve de los componentes de la tripulación del motovelero Greenpeace 5, inmovilizado por problemas burocráticos en el puerto de Barcelona, se desplazaron ayer a Huelva, y cuatro de ellos -la irlandesa Grace O'Sullivan, la alemana Anette Brauer, el español José Miguel Martínez y el estadounidense Lloyd Anderson-, apoyados por dos lanchas rápidas, abordaron el buque Nerva y se encadenaron a las tuberías de vertidos y al ancla del Nerva, a la vez que desplegaron una bandera con un arco iris, símbolo de la organización, y una pancarta con el texto "No más permisos para envenenar el mar".Javier Pastor, presidente de Greeripeace España y coordinador de la campaña, manifestó que Ios graves efectos de la contaminación en la zona de Huelva, que denunciamos el pasado año, se han puesto de manifiesto dramáticamente en los últimos meses con la muerte de peces y la intoxicación de moluscos". A su vez, llamó la atención de la Dirección General de la Marina Mercante "para que deje de otorgar todos los.permisos que las industrias químicas solicitan para contaminar el mar" y a la Dirección General de Medio Ambiente "para que tome posiciones a favor de la naturaleza y no de los contarninadores".
Greenpeace ha editado unos folletos en formato de una postal para ser repartidos entre los ciudadanos onubenses y dirigidos al ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, Abel Caballero, a quien solicita que no sean renovados los permisos de vertidos concedidos a la empresa Tioxide. El pasado lunes, el Ayuntamiento de Isla Cristina aprobaba una moción en este mismo sentido, puesto que en la zona de vertidos, concretamente en el lugar conocido como El laberinto, se encuentra el único banco de cigalas donde tradicionalmente faenan los pesqueros isleños. Anteriormente fueron los ayuntamientos gaditanos de Sanlúcar de Barrameda y Jerez quienes solicitaron el cese de estos vertidos.
Estudio
Mientras tanto, la dirección de Tioxide ha remitido a la Dirección General de la Marina Mercante un estudio elaborado por la empresa Ambio, homologada por la Administración, en el que se manifiesta que "no se detecta un impacto apreciable en la zona de vertido sobre el medio marino". Al mismo tiempo, Tioxide ha anunciado que instalará en los dos buques unos detaloguers o cajas negras en las que se recogerá el lugar exacto de los vertidos, la hora en que se efectúan, así como la velocidad y la posición de las balsas para que no existan dudas sobre la localización de los efluentes.Greenpeace ha anunciado que continuará con sus acciones hasta que la e4ipresa no resuelva el reciclaje de los desechos de dióxido de titanio, compuestos por ácido sulfúrico, sulfato de hierro y metales pesados altamente tóxicos, puesto que "estas alternativas ya han sido puestas en práctica en numerosos países europeos".
Pese a que el pasado lunes los miembros de la organización ecologista debieron abandonar en el puerto de Barcelona su motovelero Greenpeace 5, ante los impedimentos burocráticos impuestos por la comandancia de Marina, portavoces de Greenpeace han insistido en que seguirán adelante con su campaña en el Mediterráneo.
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