Tres historias extraordinarias
De una serie de televisión, Amazing stories, que no ha tenido el éxito esperado pese a contar con el nombre de Steven Spielberg en la producción, nace este filme, en realidad tres episodios enlazados sin excesiva preocupación por el conjunto, que queda en peso ligero. Amazing stories es un homenaje a las revistas que Steven Spielberg leía de niño, como En los límites de la realidad lo era a la serie de televisión Twilight zone y todo su cine lo es a la figura obsesiva de Disney.
Tres espantables ligeros, divertidos, un poco charros, un poco insustanciales. El mejor, el primero. Del propio Steven Spielberg.
La misión (Menno Meyjes, guionista, a partir de una historia de Steven Spielberg) narra la peripecia de un artillero de la II Guerra Mundial cuando, tras ser seriamente dañado por el enemigo, debe tomar tierra sin tren de aterrizaje y con un aguerrido soldadito atrapado en la torreta del avión, lo que sin duda ha de causarle la muerte.
Cuentos asombrosos
Directores: Steven Spielberg, William Dear, Robert Zemeckis. Guión: Menno Meyjes, Mick Garris, Tom McLoughlin, Bob Gale, Earl Pomerantz.Fotografía: John McPherson, Robert Stevens. Música: John Williams, Alan Silvestri. Estadounidense, 1986. Estreno en Madrid en los cines Coliseum y La Vaguada M-2.
El episodio, angustioso hasta la médula, tiene una fuerza arrolladora como corresponde a un cineasta del talento de Steven Spielberg, pero el desenlace, donde hasta el san Dimas de Berlanga hace su aparición, desmerece la rectitud claustrofóbica de sus 30 minutos precedentes.
Para el segundo episodio, Steven Spielberg (también a partir de un argumento suyo escrito por Earl Pomerantz) da la alternativa a un tal William Dear, que faena con gracia, aun sin sacarle todo su jugo, la historieta de confusiones que provocan dos momias, una verdadera y otra falsa.
Ahí hay comedia de la de Abbott y Costello, muy infantil y efectiva, convenientemente punteada por homenajes al cine de terror de antaño, donde las momias eran momias. Hecho una momia, con todo, no alcanza los mínimos requeridos.
Y El cabeza de la clase, último episodio en la frente (guionistas: Mick Garris, Tom McLoughlin y Bob Gale, según una historia del primero), es un ameno delirio a lo Re-animator, donde un algo sádico y burdamente shakesperiano profesor de literatura se pasea con la cabeza bajo el brazo por un acto de magia de dos de sus alumnos.
Aterrador y cómico al mismo tiempo, este episodio se beneficia de una excelente y crispada interpretación de Christopher Lloyd, el científico loco de Regreso al futuro, donde estaba dirigido, como aquí, por el eficaz Robert Zemeckis.
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