La demanda de tejido fetal para implantes cerebrales abre un nuevo debate sobre la ética médica
Los recientes avances en el uso de implantes de tejido cerebral para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y de otros trastornos del sistema nervioso, y el hecho de que el tejido proveniente de fetos sea el más apropiado, ha abierto una nueva dimensión en el debate sobre los límites de la tecnología médica y también sobre el tema del aborto, debido a la posibilidad de que mujeres decidan quedar embarazadas con la intención de abortar y donar el feto, sea para ayudar a un miembro de su familia o por dinero. Investigadores norteamericanos están ya siendo suministrados con tejido fetal, y una empresa ha anunciado que comercializará células conseguidas a partir de tejido fetal.
Los científicos aseguran que el tejido fetal es muy valioso en los implantes, dado que crece con mucha más rapidez que el tejido proveniente de adultos, es más adaptable y causa menos problemas de rechazo. En la actualidad la investigación se centra en tejido fetal del cerebro, el páncreas y el hígado, para tratar la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, la corea de Huntington, lesiones de la médula espinal, diabetes, leucemia, anemia aplástica y las enfermedades que produce la radiación, pero los investigadores aseguran que otros muchos usos se irán descubriendo en el futuro. Recientemente, en California, una mujer consultó a un experto en ética médica si podía ser inseminada artificialmente con semen procedente de su padre, que sufre la enfermedad de Alzheimer, para posteriormente abortar y usar tejido cerebral del feto para trasplantárselo al cerebro de su padre. El experto consultado, Arthur Caplan, director del Centro de Ética Biomédica de la universidad de Minesota, le contestó que no era posible técnicamente, pero que, además, atentaba "contra el último argumento de la justicia intergeneracional".
Lee Ducat, presidenta del Instituto Nacional de Investigación de las Enfermedades de Filadelfia, institución que almacena tejido humano, incluido el fetal, y lo distribuye a los investigadores, considera que "el tejido fetal se está volviendo cada vez más importante para los investigadores; este es un tema con el que la gente tendrá que enfrentarse muy pronto". Ducat aseguró que llevan varios años almacenando tejido fetal proveniente de abortos y que siempre se informa a la madre del uso que se va a hacer.
Implantes cerebrales
Hasta ahora, el uso que se hacía era exclusivamente para investigación, pero recientemente se anunció que un médico mexicano había conseguido curar la enfermedad de Parkinson a sus pacientes implantándoles tejido adrenal en sus cerebros sacado de las propias glándulas suprarrenales del enfermo. Este implante se supone que ayuda a producir dopamina, la sustancia de la que carecen los enfermos de Parkinson. Sin embargo, los especialistas aseguran que el tejido cerebral del feto funcionaría aún mejor. De hecho, un grupo de investigadores suecos han anunciado que empezarían a investigar con este tipo de implantes antes de finales del año en curso, y los especialistas norteamericanos consideran que si las pruebas resultan positivas, la técnica se extendería rápidamente.
Si así fuera, la demanda de fetos generaría una nueva serie de problemas. Los científicos no se ponen de acuerdo en cuál es la mejor edad del feto para ser utilizado en este tipo de operaciones. Unos aseguran que las nueve semanas, mientras que otros creen que tienen que ser de mayor edad. En este último caso podría producirse un aumento de el límite de los meses de gestación para practicar el aborto. Otro problema es el de la muerte del feto. La mayoría de los métodos que se utilizan en la actualidad para abortar, si bien son los más cómodos para la madre, podrían no serlo para el uso del tejido cerebral, lo que posibilitaría que las mujeres pudieran ser manipuladas.
El uso que se pueda hacer del tejido fetal procedente de los abortos no parece preocupar a los expertos en temas éticos, si bien exigen una serie de garantías, lo que preocupa es la posibilidad de que algunas mujeres decidan quedar embarazadas para posteriormente abortar y donar el feto. Todos los que tratan el tema están de acuerdo en que esta posibilidad es moralmente inaceptable, pero admiten que no es ilegal, y en caso de que se legislara sería de difícil control.
Los grupos antiabortistas y algunos miembros de la Iglesia católica temen que los nuevos usos médicos del tejido fetal puedan servir para legitimar el aborto, mientras que los grupos abortistas, por su parte, se muestran preocupados por el hecho de que la u tilización de este asunto por quienes se oponen al aborto pueda complicar las cosas para las mujeres que quieren abortar.
La legislaéión sobre el temz, es aún escasa y se enfrenta al problema de la rapidez con 12. que se producen los descubrimientos médicos. El Consejo de Europa emitió recientemente un informe en el que proponía una serie de puntos para legislar sobre la utilización de embriones y fetos humanos con fines de investigación científica
Proyecto de ley en España
En España, al igual que en la gran mayoría de los países, aún no está regulada la utilización de las células fetales. El pasado mes de abril, el Grupo Parlamentario Socialista presentó dos proposiciones de ley en el Congreso de los Diputados que regulan la donación de embriones y fetos humanos y las técnicas de reproducción artificial. En la exposición de motivos de ambos proyectos queda patente que se prohíbe la fecundación humana, de forma natural o in vitro, con otro fin que no sea la procreación. Se prohibe también que la donación de embriones y su utilización posterior sean objeto de lucro, tráfico mercantil o compensacióri económica. Sin embargo, el artículo 9, que prohibe la experimentación con embriones y fetos vivos, "viables o no", exceptúa los experimentos "con embriones y en los fetos no viables, fuera del útero, si el proyecto de experimentación ha sido previamente presentado y aprobado por las autoridades públicas correspondientes o si se reglamenta por una comisión multidisciplinar".
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