La gota en el vaso

"Lo de Villanueva del Arzobispo": bueno, no se trata de echar leña al fuego (ni mucho menos), pues ustedes habrán leído, oído la radio, visto las expresivas fotografías de los periódicos, etcétera; pero la verdad es que esa otra especie de nueva Fuenteovejuna nace en tierras de Jaén (recordemos y no olvidemos los tristes hechos acaecidos en Martos y Torredonjimeno), y uno se pregunta: ¿qué ocurre para que la corriente de la violencia llegue al pueblo y éste se desmadre? ¿Por qué los que gobiernan no hacen las cosas con el tacto y la lógica que es menester para que esos hechos no lleguen a producirse? Pues la verdad, si pasan estas cosas es por cuanto llegan momentos en que las últimas gotas hacen rebosar a los oportunos vasos", y luego..., ¿ quién contiene y controla a las masas?¿Hubo agitadores o demagogos? ¿Se produjo fortuitamente el chispazo que encendió la mecha? Lamentable, muy lamentable, el que se llegue a esos extremos, ya que si se calientan los ánimos y alguien pierde el control, igual a "alguien le pegan fuego dentro de su propiedad o de su refugio".

Pero si analizamos los orígenes, puesto que todo en este mundo tiene orígenes, es claro que el pueblo no se va a echar a reír o va a aplaudir el que le suban la contribución varios cientos de veces en más y en una sola vez (se ha hablado del 700% o el 1.000% o aún más).

Por tanto, hay que preguntar públicamente y preguniarse: ¿que ineptos intervienen en esas decisiones tan trascendentales? ¿Nadie se da cuenta y sopesa la carga enormemente negativa que pone en marcha?

Se está hablando de pactos sociales, pero tan importantes o más aún son ya los pactos de impuestos a pagar por el ciudadano y a ver si llega un feliz momento que al menos (al menos, repito) se rijan las cosas económicas como muy bien rige la iniciativa privada sus contratos; los que mejor que peor (más bien mejor) llevan un tiempo que se rigen por el sencillo sistema del índice de precios al consumo (IPC), que cada año marca el propio Gobierno del Estado, el que, discutido o no, ya regula infinidad de compromisos o contratos entre españoles, y así todos los afectados saben "de qué va y de qué viene lo que vi.ene cada año que de nuevo nos llega". ¿Tan difícil es acoplar un sistema así y que por él se rijan tanto los que gobiernan como los que son gobernados?- Antonio García Fuentes.