7. 000 trajes de teatro, salvados de la destrucción

De los casi 14.000 trajes de teatro que a lo largo de las últimas cinco décadas habían formado parte de las numerosas puestas en escena de los diferentes teatros nacionales españoles, alrededor de 7.000 han sido rescatados de una segura destrucción. Aquellos trajes que podían servir han pasado de los almacenes donde se encontraban amontonados a manos de compañías de teatro estatales, escuelas de arte dramático y grupos teatrales consolidados profesionalmente. La primavera pasada, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) dio orden de que, tras una selección de las piezas que tuvieran algún valor museístico, el resto de los trajes fuera cedido a las diferentes unidades de producción de este organismo y a escuelas y compañías estables.

Para José Manuel Garrido, director general del INAEM, la filosofía de esta decisión es que todo ese material es patrimonio fungible y no se puede tener sin darle un uso. "Hay que poner ese material, que tiene el Estado, en manos de profesionales que lo puedan utilizar, aunque la propiedad siga siendo nuestra".Los 14.000 trajes se encontraban en estado de abandono y amontonados de cualquier forma en un almacén de la calle de San Agustín, de Madrid, que pertenece al Ministerio de Cultura y anteriormente al antiguo organismo autónomo del que dependían los teatros nacionales. Hace tan sólo dos años que se nombró a un jefe de negociado para que fuera catalogando el material con el objetivo que ahora se ha puesto en marcha.

Sin valor artístico

Se hizo una selección de todos aquellos trajes que no habían sido destruidos por las ratas, las polillas o el paso del tiempo, y fueron las piezas salvadas las que se destinaron al reparto."Todos aquellos trajes que no tenían un valor objetivo desde el punto de vista artístico", comenta Garrido, "pensamos que deberían tener un uso no sólo por parte de las unidades de producción del INAEM, sino también por asociaciones de teatro que fueran sólidas, por escuelas que pudieran utilizarlos como material de trabajo. Ninguno de estos trajes se podrá utilizar para actividades comerciales".

Una vez reservadas la piezas con un valor simbólico, el Centro Dramático Nacional se quedó con 2.500 trajes, entre los que se encuentran los 500 seleccionados por su valor museístico y que serán guardados para futuras exposiciones que se realizarán en museos del teatro.

El Teatro Nacional Lírico de la Zarzuela se quedó con 785 trajes; la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con 40, además de con una serie de capas, y el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas optó por quedarse con 90 trajes.

Las escuelas superiores de arte dramático y danza que dependen del Estado también recibieron una oferta, y Murcia ya tiene en su poder 1.328 trajes. La Escuela de Arte Dramático de Madrid cuenta aproximadamente con tinos 1.000, que todavía no han sido recogidos.

Con el resto de los trajes se realizaron lotes muy grandes para ponerlos a la venta, de lo que se informó a la profesión. En la primera subasta, a la que no acudió nadie, el INAEM, que no quería que estos trajes fueran a parar a manos de empresas dedicadas a ventas y alquileres de vestuario de estas características, se dio cuenta de que esas partidas de gran volumen no interesaban a las posibles compañías compradoras, por lo que se realizaron lotes mas pequeños, que sí fueron adquiridos por la compañía de Antonio Guirao, que se llevó 700 trajes por 900.000 pesetas; la Asociación de Amigos del Real Coliseo de El Escorial, que pagó 80.000 pesetas por 49 trajes, y la Pasión de Chinchón, que se llevó 110 trajes por 90.000 pesetas.

Para poder realizar esta venta a grupos privados, el INAEM ha tenido que pedir un permiso especial, ya que todo este material pertenece al patrimonio del Estado y, por tanto, se puede ceder -tal y como se ha hecho en todos los centros dependientes de la Administración-, pero no vender.

Los trajes que han podido ser rescatados son unos 7.000. El resto, hasta los casi 14.000 trajes que se encontraban en el almacén, estaba casi totalmente destruido. "Y no se los quiso llevar ni el trapero", comentan responsables del INAEM.

Tanto las escenografías como los decorados que pertenecen a los teatros nacionales son limpiados cada cierto período de tiempo, ya que no hay espacio para guardar todo este material. Entre ellos siempre hay un material que puede ser reciclado, además de que se tiende a guardar aquello que pertenece a obras de repertorio. Esta política se sigue actualmente por todos los teatros nacionales europeos.