EE UU mantiene su política en el Golfo

NYT, La creciente tensión en el golfo Pérsico como consecuencia de los enfrentamientos entre peregrinos iraníes y la policía saudí el pasado viernes en La Meca no afectará a la política norteamericana en la zona, según han afirmado fuentes de la Administración de Reagan.

Funcionarios del Departamento de Estado y del Pentágono hacen hincapié en que la naturaleza de la amenaza militar iraní a la navegación en el Golfo no ha cambiado y que EE UU se mantiene firme en el compromiso de facilitar protección militar a 11 petroleros kuwaitíes.

"No tiene sentido que abandonemos o cambiemos muestra misión. El compromiso de EE UU se mantiene tan firme como siempre", dijo una fuente del Departamento de Estado. Un representante del Departamento de Defensa reiteró, por su parte, que sería un gran riesgo suspender la operación.

La escalada de la tensión hace necesario incrementar la vigilancia norteamericana contra potenciales terroristas u otros ataques, y estrechar más el secreto sobre el movimiento de petroleros kuwaitíes con pabellón norteamericano, reconocen fuentes oficiales.

Funcionarios del Pentágono no han querido comentar las noticias procedentes de fuentes marítimas en Kuwait de que un tercer carguero de ese país, el Gas King, será escoltado por barcos de guerra norteamericanos en el Golfo el próximo fin de semana. Entre tanto, el Gas Prince acompañado por dos navíos de la Marina de EE UU, cruzó ayer el estrecho de Ormuz sin incidentes.

Unidades de la flota norteamericana vienen ya patrullando por aguas del Golfo con máxima alerta, y las embajadas y otras instalaciones de EE UU en países árabes reforzaron hace tiempo sus medidas de seguridad, apuntan fuentes oficiales en Washington.

Las opciones políticas norteamericanas en la región son limitadas dada la decisión de la Administración de Reagan de proteger a la mitad de la flota petrolera kuwaití como símbolo del compromiso de garantizar el libre flujo de petróleo.

[Estados Unidos calificó ayer de "totalmente infundadas" las acusaciones iraníes de que los incidentes de La Meca fueran instigados por Washington, informa Reuter. Un portavoz del Departamento de Estado estimó que estas afirmaciones "pretenden inflamar las pasiones para así facilitar el objetivo político iraní de desestablizar la región"].