Un error de película
La joven de Sevilla dada por muerta durante dos meses vuelve a su casa
María del Amor Maceda Mateos, de 21 años, tiene en el cementerio de Camas (Sevilla) una lápida con sus iniciales. Amor está viva, pero su familia la ha dado por muerta desde el accidente de tráfico que sufrió el pasado 6 de junio hasta el sábado pasado, en que se reencontró con ella. María del Amor, amnésica por el golpe sufrido entonces, ha vivido los dos últimos meses en Huelva con la familia de la joven María Nieves Trijueque, quien realmente resultó muerta en el mismo accidente, al chocar los automóviles en los que viajaban ambas jóvenes. Al explicar la historia, de momento inverosímil, los Trijueque dicen que desde el príncipio mostraron a los médicos que trataban a la herida sus dudas sobre la verdadera identidad de la joven que vivía con ellos. La familia Trijueque ha anunciado, además, que demandará a la Seguridad Social por el error cometido en la identificación de las dos jóvenes.
El 6 de junio, María del Amor y su novio, Manolo, en compañía de otra pareja de amigos, fueron a remojarse a las playas de Punta Umbría (Huelva), que quedan a poco más de una hora de Camas, donde viven. Poco antes de llegar, en una de las estrechas curvas de la carretera que conecta Huelva con Punta Umbría, un Renault 5 se salió inesperadamente de su carril y dio de frente contra el vehículo en el que viajaba Amor. Una de las chicas del Renault, María Nieves Trijueque, vecina de Huelva, tuvo la mala fortuna de clavarse el volante en el pecho y morir a la edad de 19 años.Nieves y Amor se parecían. Entre otras coincidencias, las dos eran rubias y con los ojos claros. Como siempre, todo ocurrió muy rápido: el golpe, la sangre, el dolor y el miedo, la Guardia Civil, las sirenas de la ambulancia y el traslado. Alguien apunta la posibilidad de que en la ambulancia que las trasladó hasta el hospital se trocaran las pertenencias de las muchachas. Poco después del entierro, la madre de Amor recibió el reloj de pulsera de la muerta: aquel aparato nunca estuvo en la muñeca de su hija. El Documento Nacional de Identidad de María del Amor no apareció nunca. Su novio, Manolo, cuando relataba el accidente, aseguraba que la vio respirar.
La noche del día 6 junio, una caja de zinc con el cuerpo de María Nieves abandonaba un hospital de Huelva camino de Camas. Del mismo hospital salía hacia Sevilla una ambulancia que llevaba a Amor, malherida, "envuelta en tubos y vendas", seguida de cerca por los familiares de la muerta, que la acompañaron en el hospital, donde, además de amnésica, continuó envuelta en tubos y vendas hasta el día 10 de julio.
Antes de que pasaran 24 horas del accidente, la caja de zinc era cristianamente enterrada en el cementerio de Camas con sólo las iniciales "M. M. M.", a la espera de que se concluyera la construcción del panteón familiar de los Maceda. Nadie vio el cadáver. Los sanitarios, cuentan los familiares, adujeron que estaba muy desfigurado.
Una hija extraña
Los Trijueque, de vuelta a Huelva, en casa, encontraron extraña a su hija, ya fuera de la cama del hospital, sin vendas ni tubos. Lo de la nariz podía explicarse: la de María Nieves era más aguileña, pero cualquier nariz es vulnerable a un golpetazo. Lo extraño era que la supuesta hija de los Trijueque cuando veía el mar decía que estaba en Chipiona, localidad gaditana donde veranea Amor habitualmente. A pesar de la amnesia decía que se llamaba Amor, cosa en la que insistía, y que su casa estaba en Camas.
Amor comunicó estos hechos al médico fisioterapeuta Enrique Boyer, que la atendía en Huelva. Boyer se puso en contacto con dos amigos médicos que ejercen en Sevilla, Fernando y Pablo. Pablo tiene un amigo en Camas, Joaquín Caro, ex concejal de Camas que trabaja en una gestoría del pueblo. Pablo le explicó a Joaquín la historia y éste comprobó la veracidad de lo dicho por Amor, ya que conocía a los Maceda. Los médicos sevillanos se trasladan a Camas, donde, en compañía de Joaquín, deciden ponerse en contacto con la familia. El viernes pasado hablaron con Toñi Reina, concejala comunista de 18 años de edad y prima hermana de Amor, que con una entereza impropia de su edad les acompaña a Huelva y reconoce a su prima. Los médicos, antes de traer a Amor, tuvieron la precaución de sentar a Toñi en una camilla, por si acaso. Toñi, lejos de desmayarse, tuvo la valentía de hacerle unos fotos a su prima, volver a Camas, positivar las fotos y acompañar a su tío Manuel en busca de su hija.
Según el relato de Toñi, su tía Matilde, madre de María del Amor, se limitó a exclamar: "¡Mi Amor!", cuando le dijeron que tenían que darle "una noticia muy grande". Parece que la madre, pese al entierro de su hija y a la esquela mortuoria que se publicó en la prensa local, no había olvidado aquel reloj que le enviaron del hospital y que nunca había sido de su hija.
Amor permanece ahora en Sevilla atendida por varios médicos. Aún no se sabe si tardará en recuperarse y volver a Camas, a su casa de la calle de Curro Romero. [María del Amor se encontró ayer con su novio, Manolo, por primera vez tras su regreso a Sevilla, informa Efe. Mientras, hoy comenzarán las gestiones para exhumar del cementerio de Camas el cadáver de María Nieves Trijueque y trasladarlo a Huelva].
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.