La lucha por el canal
La defensa de la vía de agua es la misión primordial del Comando Sur de EE UU
El canal de Panamá es la vía de tránsito obligada para el 60% de los suministros de EE UU a la OTAN, el 45% de las exportaciones norteamericanas y el 50% de las importaciones de petróleo de ese país. Su bloqueo o su caída en manos de un aliado de la Unión Soviética comprometería, por tanto, gravemente los intereses de Estados Unidos. El trasfondo estratégico de ese brazo de 82 kilómetros que une el Atlántico con el Pacífico ha estado presente durante la crisis política que en el último mes y medio ha afectado a Panamá.
Para mantener y defender el canal, Estados Unidos tiene desplegados en el territorio panameño 10.000 soldados y un número similar de civiles. Cuarteles de los tres ejércitos, aviones de combate, helicópteros y buques de guerra están integrados en el Comando Sur, base de toda la asistencia militar de Estados Unidos a América Latina. La defensa del canal es la misión prioritaria de estas fuerzas, por encima de las demás misiones que tienen asignadas, como "disuadir a los sandinistas, apoyar a la contrainsurgencia en El Salvador, oponerse a la desestabilización y reducir el tráfico de narcóticos", según explica un oficial del Comando Sur.Los panameños no tienen que sufrir ya la visión de las cercas que les separaban de lo que se llamaba la zona del canal antes de que Omar Torrijos convirtiese a esto en un país y a sus dos millones de habitantes en ciudadanos. Pero EE UU aún ocupa una porción de terreno a la entrada y salida del canal en la que ondea la bandera de las barras y estrellas. De ahí los norteamericanos tendrán que salir definitivamente, en cumplimiento de los tratados Torrijos-Carter de 1977, el 31 de diciembre de 1999, fecha en la que deben desmontar sus barracones, dejar el canal en manos panameñas y trasladar el Comando Sur a otro país.
En ese momento, las fuerzas armadas de Panamá deberán estar preparadas profesionalmente para proteger un punto clave de la estrategia internacional. Facilitar su entrenamiento es una de las labores de los oficiales del Comando Sur. Uno de ellos afirma que "los panameños no están todavía capacitados para esta misión; pero tampoco estaba previsto que lo estuviesen. Nuestro objetivo es que estén listos para hacerse cargo en el 2000". Actualmente, la responsabilidad de la defensa del canal corresponde, teóricamente, a una junta combinada de carácter binacional y paritario, aunque ambas partes reconocen que este es, más que, nada, un instrumento consultivo, ya que la responsabilidad prioritaria la tiene EE UU.
Anualmente, fuerzas de ambos países realizan maniobras conjuntas, en las que se ejercitan en el supuesto de un ataque exterior. El año pasado, por primera vez, participaron en ellas más soldados panameños que norteamericanos (8.000 por 4.000). Están establecidas también áreas de coordinación militar en torno a los puntos más sensibles del Canal, en los que se realizan ejercicios de defensa conjunta.
Defensa contra el terrorismo
Los norteamericanos consideran que, "aunque en estos momentos no existe un peligro inminente de ataque al canal", éste resultaría prácticamente indefendible en el caso de una acción terrorista. Sin embargo, el mayor peligro, desde el punto de vista de EE UU, está relacionado con la evolución política en Panamá y el régimen que este pequeño país tenga cuando le corresponda hacerse cargo del canal.Aunque el Gobierno de EE UU se ha comprometido por unos tratados internacionales a devolver el canal, un oficial del Comando Sur admite que "es lógico que hubiese que modificar la política de Estados Unidos en función de lo que pase en Panamá". Después de la firma de los tratados, el Congreso aprobó una enmienda, por la que EE UU se reserva el derecho a intervenir militarmente en el canal si se produce una amenaza contra su seguridad. Esto, a juicio de algunos sectores panameños, es un cheque en blanco para ocupar el canal en el momento en que Panamá esté gobernado por dirigentes que Washington no considere afines a sus intereses. Las autoridades de Panamá ofrecen como garantía a la declaración del canal y de todo el país como territorio neutral. Esta vía se mantuvo abierta durante la Il Guerra Mundial, aunque protegida por 68.000 soldados norteamericanos.
Ouden Ortega, ex ministro de Asuntos Exteriores que ahora forma parte de la junta directiva del canal, cree que "a EE UU le conviene que en Panamá exista un dirigente lo suficientemente político e inteligente como para mantener la estabilidad y al mismo tiempo dialogar con los norteamericanos en una actitud de mutuo respeto".
Más aún, las autoridades panameñas consideran que si de aquí al año 2000 Panamá no ofrece una imagen de estabúdad absoluta "no se producirá una transición ordenada y armónica del canal a manos panameñas", afirma Ortega. EE UU no considera justificado ese temor. Un oficial del Comando Sur afirma que "todo el trabajo que estamos realizando lo hacemos con la perspectiva de que en el año 2000 tendremos que dejar este país".
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