Peligroso precedente

En el editorial del 17 de junio calificaron la destitución del gobernador militar de Guipúzcoa como "un cese discutible". Pero creo que razones de peso hacen de esta desafortunada intervención del señor ministro de Defensa un error de bulto. En primer lugar, quiero declararme absolutamente antimilitarista y a favor de un recorte progresivo del poder que hoy día posee el Ejército, en beneficio de una sociedad más libre y que dé respuesta a las necesidades vitales (culturales, económicas) que el pueblo necesita.

Pero, como pienso que lo cortés no quita lo valiente, no puedo dejar pasar la oportunidad de solidarizarme con un ciudadano que, manifestando su acatamiento a la Constitución y por ende a las instituciones que de ella se generan, así como respetando la soberanía popular y al Gobierno que de ésta se genera, se encuentre humillado como persona ycomo profesional.

Sin duda, este cese crea un peligroso precedente, ya que todos aquellos cargos públicos de responsabilidad han de manifestarse con gran cautela, no sea que una posterior mala interpretación de grupos extremistas o radicales pueda llevar a la rabieta al poder político. Pero creo que el error puede llevar más lejos a aquellos que pensamos que la libertad de expresión es inherente a la condición humana, y nos puede hacer dudar de la honestidad del Gobierno que hemos elegido, ya que la razón que se da para justificar este cese es "la inoportunidad de esas palabras".

Y yo me pregunto: ¿quién decide que una opinión es oportuna o no? ¿Qué criterios se siguen para tal calificación?

En cualquier caso, quiero mostrar mi alegría por el hecho de que un alto cargo militar se muestre públicamente a favor de la supeditación de los ejércitos al

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poder político.- Antonio Berzal. .