La alternativa de la sanidad privada

Las instituciones sanitarias públicas mantienen una dura competencia con las entidades privadas que actúan como aseguradoras médicas. Todas estas entidades han registrado un cierto descenso en su actividad en los últimos años, como revela el cierre de una veintena larga de clínicas, y el número de afiliados a los seguros privados ha disminuido en más de 600.000 personas. En cambio, el porcentaje de población española con derecho a las prestaciones sanitarias de la Seguridad Social se ha incrementado de un 85,5% en 1982 a un 95% en 1985.

Los seguros médicos privados han reflejado el ascenso de la Se guridad Social en una merma de afiliados, que han pasado de 5.177.408 en 1083 a 4.538.430 en 1985. Sin embargo, estas cifras constituyen un porcentaje notable de la población que tiene, en la mayoría de los casos, una doble afiliación, voluntaria una y obligatoria la otra. El sector constaba en 1985 de 221 entidades, de pequeñas proporciones en su inmensa mayoría. Su actividad viene a ser fundamentalmente intermediaria, contratando los servicios de especialistas y clínicas y poniéndolos a disposición de sus asegurados.Las ventajas que ofrecen son la libre elección de médico dentro de cuadros de especialistas bastante amplios y en consulta privada, sin las aglomeraciones que sufren muchos ambulatorios de la Seguridad Social. El Insalud resalta su carácter de servicio público y señala que los seguros privados mantienen restricciones como la previa declaración del estado de salud, períodos de carencia para deteminadas prestaciones o limitación del ámbito geográfico. El coste actual por persona es, en ambos casos, muy similar, situándose la media por encima de las 2.000 pesetas mensuales. En el caso de la Seguridad Social, este coste se halla dividiendo el presupuesto del Insalud entre el número de afiliados, deducidas las transferencias por prestación farmacéutica. El 40% de las clínicas privadas del país tiene conciertos con el sector público. Estos conciertos constituyen una de las principales fuentes de financiación de este sector, pero en opinión de Felipe Ruiz Duerto, presidente de la Federación Nacional de Clínicas Privadas, la crisis que atraviesa este sector es consecuencia del trato discriminatorio que reciben del Insalud por el pago de los servicios concer tados.

Conciertos

"Los conciertos fijan unas tarifas decididas unilateralmente por la Administración, que no alcanzan a cubrir costes, y que se cifran más o menos en 5.500 pesetas por enfermo y día ingresado, con todo incluido, excepto médico. Eso mismo, en un centro de la Seguridad Social, viene costándole al erario público unas 22.000 pesetas. La demora en el pago nos produce, además, una falta de liquidez que incrementa nuestros gastos financieros. El Insalud paga mal, según creemos, y tarde".

Por su parte, Javier Guelbenzu, subdirector general de Atención Hospitalaria del Insalud, aclara que las tarifas están en función del nivel de equipamiento y de servicio de cada centro, y que existen 21 categorías diferentes, cuyas tarifas oscilan entre las 1.957 pesetas para clínicas de reposo, que apenas exigen personal ni dotaciones, y 15.142 pesetas para los centros mejor dotados, aunque reconoce que "muchas veces estas tarifas están desfasadas. Queremos reducir las categorías a cuatro o cinco y pagar más alto a los que poseen medios suficientes".

Denuncia, por otra parte, que la asistencia en personal cualificado presente es muy inferior en los hospitales privados y que éste es el factor que explica la diferencia de costes. "En nuestros hospitales más pequeños tenemos dos personas por cama, y en los grandes llega a 3,5. Nosotros debemos mantener unos mínimos altos. Así, por la noche, mantenemos una enfermera por unidad hospitalaria (20 a 30 camas), mientras en los privados esta proporción es mucho menor, y con una sola, persona dotada con buscapersonas cuidan varias plantas".

Lo que parece innegable es que, hoy por hoy, las clínicas privadas constituyen un complemento imprescindible del sistema sanitario actual, pues proporcionan un total de 13.000 camas concertadas de difícil sustitución. En opinión de Ruiz Duerto, los centros privados son, además, la avanzadilla tecnológica en el equipamiento hospitalario más sofisticado y caro. "Fuimos los primeros en introducir el escáner, a pesar de que no era rentable, las ecografías, la laserterapia o el litofragmentador". De este aparato existen nueve unidades actualmente en España, todas ellas en clínicas privadas. El Insalud realizará próximamente la adquisición de sus dos primeras unidades para su instalación en Madrid y Valencia, y tiene intención de concertar nueve unidades.