Selectividad y conflicto
La imposibilidad de que todos los alumnos que superan la prueba de acceso a la universidad consigan plaza en el centro elegido se ha convertido en el principal motivo de conflicto en el mundo estudiantil, que este curso alcanzó un grado de tensión sin precedentes.
Aunque los estudiantes habían acabado por acostumbrarse a convivir con la selectividad, la generalización del numerus clausus ha contribuido a reforzar el sentimiento de rechazo al sistema general de acceso a la universidad.
A lo largo del conflicto de este curso, la Administración dejó bien claro que no pensaba suprimir ni la selectividad ni las limitaciones que muchos centros se ven obligados a establecer para hacer frente a una demanda que les desborda, aunque reconoció que el sistema no es bueno y que necesita correcciones.
Entre tanto, las limitaciones al acceso (el curso pasado el cupo de plazas en la mayoría de los centros con mayor demanda se cerró con los aprobados en junio) se verán agravadas, en los próximos exámenes de selectividad, por la lógica merma del nivel de preparación de los alumnos, como consecuencia de los meses de clase perdidos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.