Peligro de extinción para el escaso centenar de osos que viven en la cornisa cantábrica

La asociación Fondo en Asturias para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), que cuenta con 12.000 socios en toda España y ha recibido varios premios nacionales e internacionales por su labor conservacionista, teme que los aproximadamente 65 osos pardos (ursus arctos) que aún quedan en la cornisa cantábrica -unos 120 según estimaciones de la Consejería de Agricultura y Pesca del Principado de Asturias- puedan desaparecer en unos años si esta consejería aplica las normas recientemente dictadas sobre el obligado saneamiento del ganado de montaña.

Desde hace tres años la Consejería de Agricultura y Pesca indemniza a aquellos ganaderos que pierden su ganado por el ataque ,de los osos; pero ya no habrá compensaciones económicas para ellos si se comprueba que los animales muertos no disponían del correspondiente registro sanitario, circunstancia que al parecer es muy común en gran parte de la ganadería de montaña asturiana. Esta decisión de la Consejería de Agricultura y Pesca del Principado de Asturias se debe a las exigencias derivadas de nuestra entrada en la Comunidad Europea, y pretende así sanear el ganado vacuno, ovino y cabrino de montaña para mejorar las razas autóctonas y hacerlas más competitivas en el mercado de la carne.Sin embargo, este hecho representa, en opinión de FAPAS, un retroceso importante en el programa de conservación del oso pardo, llevado a cabo conjuntamente entre esta asociación y la mencionada consejería. Este programa había conseguido, entre otras cosas, que los agricultores y ganaderos dejaran de perseguir y envenenar a los osos.

Represalias

El pago puntual de las indemnizaciones por parte de la consejería, más una prima del 20% que ofrecía FAPAS, tenía satisfechos a agricultores y ganaderos. Hasta ahora la cantidad pagada a éstos por los daños ocasionados por los osos en sus tierras y su ganado era aproximadamente de 1.500.000 pesetas al año. "Las valoraciones actuales de tales pérdidas oscilan entre 5.000 y 200.000 pesetas, según sea la calidad del animal o el tipo de sembrado destruido por los osos, y han sido rebajadas en un 30% por la Consejería de Agricultura y Pesca respecto a años anteriores, por lo que tanto agricultores como ganaderos se sienten perjudicados en sus intereses", comenta un portavoz de FAPAS. "Los ganaderos", señala el mismo portavoz, "amenazan nuevamente con envenenar a los osos, y emplean en ciertos casos la picaresca y el engaño al solicitar a la consejería indemnizaciones por animales muertos por causas ajenas a los osos.Este estado de las cosas ha dado lugar a graves altercados entre los guardas de caza -pagados por la consejería- y los ganaderos, hasta el punto de que hace unos días a un guarda de Quirós le quemaron sus cuadras". FAPAS considera que desde hace unos meses sus relaciones con Jesús Arango, máximo responsable de la Consejería de Agricultura y Pesca, son muy extrañas. "Jesús Arango", dice el mismo portavoz, "no contesta a nuestras llamadas, y pensamos que hay alguien de la Administración que dificulta esta relación. Lo cierto es que desde hace un año no recibimos ayuda alguna ni de esta institución ni de Icona para mantener el programa de educación ambiental que venimos realizando por las escuelas rurales". El comunicante de FAPAS señala que si bien el presupuesto de la, Consejería de Agricultura y Pesca para conservar el oso pardo es muy bajo -entre 10 y 12 millones de pesetas al año-, "no se puede de pronto echar por tierra el trabajo de tres años ni pretender sanear el ganado de montaña a costa del oso". Y advierte que están dispuestos a sacrificar la asociación en beneficio de los pocos osos pardos que todavía quedan en la comisa cantábrica, que son prácticamente los únicos que hay en toda la península.