EEUU advirtió a los militares contra un intento de golpe durante la crisis de Semana Santa

Durante la crisis de Semana Santa, EE UU advirtió a los militares argentinos, a través de los canales propios, de las consecuencias negativas que tendría un golpe de Estado según un alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano. "Los militares argentinos entienden muy bien, perfectamente bien, nuestra posición. Estamos totalmente en contra de algo semejante. Estamos en favor del éxito del sistema democrático y dispuestos a hacer lo máximo en ese sentido", asegura Robert Gelbard, número dos del Departamento de Estado para América Latina, quien añadió que, "por supuesto" esta posición se le hizo llegar al Ejército argentino.

El funcionario norteamericano, que realizó la pasada semana una gira por seis países europeos -entre ellos España- para recabar apoyo a la política de Estados Unidos en América Latina, cree que "lo que pasó durante Semana Santa en Argentina podemos verlo en términos muy optimistas". "Quizá es mejor", dice, "que esto haya pasado ahora que más tarde, porque ayudó a la definición del proceso. Al mismo tiempo, se pudo ver que la imagen del presidente Alfonsín en Argentina es excelente". En su opinión, el intento golpista "ha creado un consenso sobre la democracia que es sumamente importante". "El resultado, creo que es una democracia fortalecida".Para Chile, EE UU respeta, según Gelbard, el plazo de 1989 que el propio general Augusto Pinochet ha marcado para el inicio de lo que el régimen entiende por un proceso democratizador. Gelbard dice que "lo que es absolutamente necesario es la creación de un sistema democrático lo más pronto posible, pero aceptamos la fecha de 1989".

Gelbard pide, sin embargo, al Gobierno chileno una política más clara y decidida hacia la democratización. "Pinochet ha dicho públicamente muchas veces que en 1989 tendrá un sistema democrático; bueno, no quiero ser cínico, pero queremos más pruebas". No acepta pronunciarse sobre si la democracia en Chile es posible con Pinochet como jefe de Estado, pero advierte que el general "tiene más apoyo del que mucha gente quisiera, menos de la mayoría, pero creo que tiene un cierto apoyo de la clase media, especialmente como fruto del éxito de la economía, cuya gestión es, probablemente, la mejor de América Latina".

"Hemos visto algunos signos positivos y alguna mejora en cuanto al respeto de los derechos humanos en Chile", añade, "pero lo que no ha pasado hasta ahora es la creación de un consenso nacional sobre las reglas de juego, sobre la necesidad de crear entendimientos entre el Gobierno y todo el pueblo chileno. Sí, es verdad que ha habido leyes (ley sobre creación de partidos políticos, la ley de registro electoral y la apertura de dos diarios de oposición), pero un Gobierno democrático no es como un Dios que manda las leyes hasta el pueblo. Las leyes son resultado de negociaciones y de un consenso, y eso no ha ocurrido en Chile".

Una de las mayores quejas del alto funcionario contra la dictadura chilena es la existen cia de exiliados. Gelbard destaca el caso de "un chileno muy moderado" que vive en España, Eric Schriacke. Sobre la situación de Clodomiro Almeyda, relegado al sur del país, opina que "no es un secreto que Almeyda no es exactamente nuestro político favofito, pero el principio del exilio es algo que no podemos aceptar".