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FERIA DE SAN ISIDRO

Espartaco, dispuesto a consolidar su gran temporada

El diestro Juan Antonio Ruiz Espartaco, que hoy alterna con Ortega Cano y Roberto Domínguez en la lidia de toros de Aldeanueva, quiere triunfar en Madrid para consolidar la que, en su opinión, es una gran temporada para él. "Después de mis triunfos", dice, "en las dos ferias más importantes anteriores a San Isidro, Valencia y Sevilla, donde salí por la puerta grande, tengo que redondear el magnífico año que llevo con un sonado éxito en Las Ventas".El torero manifiesta que no se conforma con cortar una oreja, como en la feria de 1986, pues también quiere salir a hombros de esta plaza: "Antes de una corrida yo pienso siempre en obtener un gran triunfo, no me conformo con menos. Luego serán los toros los que con su juego decidan".

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Madrid le consagró.

Espartaco, que toreó el domingo en Osuna y ayer en Córdoba, ya tuvo una lucida actuación en el festival pro monumento a Yiyo que abrió la temporada ma drileña el pasado 1 de marzo, señala que sabe que el público de Madrid le va a exigir mucho: "Es lo lógico", comenta, "al estar arriba, y lo digo con humildad virtud que me va a acompañar en mis dos actuaciones en la feria; la afición me exige más que a los modestos. De todas formas, en ese festival pude apreciar que el público madrileño me aprecia y valora".

Roberto Domínguez vuelve a sustituir a Joselito, como ya ocu rrió en el festejo del día 21, en el que tuvo varios enfrentamientos dialécticos en el ruedo con Rafael de Paula. Precisamente el empresario de la plaza, Manuel Chopera, condicionó esta nueva sustitución a que su labor en aquella corrida fuera buena.

El vallisoletano cree, no obstante, que pudo estar mejor: "No quedé muy satisfecho de mi actuación en esa corrida. A mi primero, de Alonso Moreno, le saqué algunos bellos muletazos pero no redondeé; al sobrero de Daniel Ruiz, manso y a la defensiva, me limité a machetearlo antes de entrar a matar". El torero comenta que en el día de hoy se juega casi toda la temporada, por lo que deberá hacer algo destacado.

Domínguez, un hombre culto, sincero y con estudios universitarios de arquitectura sin acabar, da una imagen distinta a la habitual de los toreros: "Tengo una personalidad compleja y distinta", añade, "lo cual me ha creado más problemas que satisfacciones, pero no renuncio a ella porque no es vulgar".

Esta personalidad se pone de manifiesto cuando se autocalifica de bohemio e incapaz de hacer algo con lo que no disfrute: "Por eso dejé los toros el año pasado, no me sentía a gusto en la plaza, aunque también tenía otros problemas personales en los que no quiero entrar".

Al comentarle que abandonar la profesión de la que se vive es un lujo que poca gente puede permitirse, Domínguez afirma que el dinero no le preocupa "Soy rico porque necesito muy poco para vivir. Si he vuelto a torear es porque de nuevo me encuentro a gusto y realizado en una plaza de toros".

El tercer espada es Ortega Cano, que ya hizo el paseíllo el pasado viernes, obteniendo un balance de silencio y pitos. "Los toros de ese día", señala, "estaban demasiado gordos y sólo se defendían; tenían un peligro sordo que parte del público no supo captar, aunque la afición siempre está en su derecho de manifestarsu opinión, que para eso paga". Ortega confía en triunfar esta tarde: "Siempre he dado la talla en Las Ventas, la plaza que me lanzó, y no puedo irme de vacío".

Toros de Aldeanueva

Los toros que lidiaran los espadas pertenecen a la ganadería de Aldenaueva, situada en Sanctispiritus (Salamanca). Su divisa es verde y blanca, posee una antigüedad de 7 de julio de 1985 y la señal es hendido en ambas orejas.

Fue fundada por el marqués de San Gil, con reses de González Nandín. En 1966 fue adquirida por Manuel Albarrán, que la aumentó con reses de Villamarta. En 1952 fue de nuevo aumentada, con reses de Parladé. En 1979 la adquiere su actual propietario, Domingo, que la anuncia Aldeanueva y varía el hierro.

Matías Bernardos se muestra orgulloso de que sus toros estén entre los preferidos por muchas de las figuras. "Eso da mucho prestigio", dice, "sobre todo porque yo no he tragado nunca con sus exigencias". Espartaco y Ortega Cano mandaron a gente de su confianza a su finca, a princpios de temporada, para ver sus toros.

El ganadero comenta que ha traido a Madrid a los más gordos de la camada, aunque se salen un poco del tipo por esta gordura: "Son toros de los que que gustan en Las Ventas, con presencia y trapío. Ya veremos qué juego dan, eso siempre es una incógnita".

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