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El tribunal acosa a Salomó tras el careo con Baviera

Siro García, de 50 años, magistrado ponente del juicio de la colza, acosó ayer a preguntas al aceitero catalán Ende Satomó, de 51 años, después de su confusa intervención en el careo que mantuvo con el gerente de Aceites Valencia, Agustín Baviera, de 44 años. El magistrado, ante la imposibilidad de obtener respuestas concretas de Salomó, espetó en cuatro ocasiones al industrial: "¡Precise, Salomó, precise!".

Las contradicciones existentes entre Salomó y Baviera se refieren a si se produjo una conversación telefónica directa entre ambos sobre la clase de aceite que Salomó suministró a Aceites Valencia. Agustín Baviera ofreció una imagen seria y precisa. Salomó, por el contrario, estuvo impreciso, incongruente y disperso, y contestaba a las preguntas con temas sobre los que no le habían interrogado. Su defensor, Jordi Claret, pidió al tribunal que tuviera en cuenta el estado anímico de su cliente, pues a su entender se expresaba con cierta dificultad. El ponente, Siro García, replicó: «El tribunal estima que el señor Salomó se expresa con una claridad meridiana cuando pretende hacerlo así".Salomó sostenía que recibió una llamada teleflánica de Agustín Baviera, aspecto que negaba éste.

Baviera ratificó que el aceite comprado a Salomó era colza cruda [comestible tras la refinación], mientras que este último señalaba que era una mezcla de aceite de colza, ácido oleico y otros aceites de uso industrial que le habían quedado después del incendio de su fábrica. No llegaron a ponerse de acuerdo y cada uno mantuvo su versión.

El aspecto más destacado fue la contradicción sobre la acidez del aceite vendido por Salomó. Mientras éste mantenía que la mezcla de aceites tenía unos 25 grados de acidez, Baviera afirmó que las dos primeras cisternas compradas tenían un grado de acidez de 1,3 grados, y la última, de 2,2.

Salomó aventuró como explicación de los datos que ofrecía Baviera que tal vez éste había extraído las muestras de distintos compartimentos de los camiones, cuando el aceite todavía no estaba mezclado. El ponente, no conforme con la explicación, le acosó a preguntas. El diálogo se desarrolló así:

Ponente. Salomó, usted habla de que la mezcla tenía 25 grados dé acidez.

Salomó. No le puedo concretar.

P. La mezcla.

S. No puedo decirle. Por lo que yo tenía en la fábrica...

P. Si en cada cisterna había tres compartimentos, ¿qué acidez tenía cada parte?

S. No le puedo asegurar, porque no sé la cantidad...

P. Aproximadamente.

S. No lo puedo saber.

P. ¿Aproximadamente qué acidez tenía el aceite de cada compartimento?

S. Esto, no sé... Es dificil que lo pueda yo...

P. ¿Un grado o 25 grados?

S. Esto...

P. ¿Más cerca de 1 grado o de 25? '

S. Allí había una cantidad de un depósito...

P. ¡Conteste usteffi Si no lo sabe, diga que no lo sabe.

S. Es que no lo puedo saber...

P. Pues, ¿por qué no lo puede saber?

S. No lo puedo saber porque no sé la cantidad de aceite que... No era una cosa que estaba pesada, ¿me entiende? ( ... ) Había aceite que podía tener acidez de 1 grado y aceite de 15 o 20 grados. Era un conjunto.

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