María Castellanos Arroyo

María Castellanos Arroyo, 39 años, natural de Jaén, titular de la cátedra de Medicina Legal de la universidad de Zaragoza, contesta al teléfono: "No sé, habría que decírselo a ellos", cuando se le preguntan las causas por las cuales la Dirección General de la Guardia Civil solicitó, con verdadera urgencia, en la madrugada del miércoles 13, sus servicios como observadora en la autopsia del cadáver del trabajador Gonzalo Ruiz, muerto en el hospital de Valdecilla, en Santander, como consecuencia de la inhalación de gases tóxicos disparados por las fuerzas antidisturbios en los alrededores de Reinosa.

Hija de un modesto labrador de Villalgordo (Jaén), María Castellanos estudió medicina en Granada entre los años 1966-1972, y luego realizó su formación científica en el Instituto de Medicina Legal de Lieja (Bélgica).Después de ser despertada por el teléfono en la madrugada, un helicóptero de la Guardia Civil la recogió en Zaragoza, a las 8.30 horas de la mañana del miércoles, para trasladarla a Santander; a las seis de la tarde se encontraba ya de regreso en casa portando en un maletín varios frascos conteniendo tejidos del cadáver del trabajador de Forjas y Aceros flotando en formol para evitar deterioros de la estructura. "Yo", adelanta, "mantendré una absoluta discreción sobre los resultados de la investigación. Los tejidos que he comenzado a analizar aquí, en Zaragoza, son similares a los que obran en poder de los dos forenses de Santander y de los enviados al Instituto Toxicológico de Madrid. Cuando tengamos finalizada la investigación, comentaré y discutiré los resultados con mis colegas para ver si han sido coincidentes. Independientemente de a quién represente, suelo decir a los forenses que lo importante es trabajar, de forma conjunta, en el hallazgo de la verdad". En Santander se facilitaron las cosas porque los forenses eran, además, peritos oficiales.

La doctora Castellanos, que por sus tareas profesionales confiesa carecer de vida social, cultiva con mimo la horticultura y jardinería en su residencia. En su opinión, en España la medicina legal, muy desarrollada y divulgada en Europa, es una disciplina casi ignorada por la sociedad española. "En cambio las funciones que ejercemos se valoran muy positivamente fuera de aquí a través de publicaciones y de comparecencias en congresos. Nuestros laboratorios se hallan muy bien equipados, de forma que pueden realizarse, sin otro riesgo que el humano, investigaciones diversas en los campos de la toxicología y la criminalística o en el análisis de indicios a partir de cabellos humanos y de huellas diversas".

Forense en excedencia desde que lograra la cátedra, efectuó las primeras necropsias en Alcalá la Real (Jaén), donde estuvo destinada. En la actualidad colabora activamente con el Instituto Anatómico Forense de Zaragoza en la práctica de autopsias. Casada con un profesor titular de psiquiatría de éstauniversidad, se niega, en principio, a considerar que en el mortuorio de Valdecilla descubrieran, durante la autopsia de Gonzalo Ruiz, malformaciones congénitas en su tráquea. "Acaso su aspecto resultara un poco diferente, especialmente en el tamaño, a una tráquea normal. Su análisis ha quedado en manos del Servicio de Anatomía Patológica del hospital, que deberá hacer las correspondientes precisiones. Pero, insisto, en principio quiero restar relevancia a ese hallazgo".