_
_
_
_
Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Rebelión contra la nada

Usted puede creer que el señor Caribaldi es Dios -sucede mucho en el teatro- puede pensar que es un empresario explotador, la autoridad, una fuerza vital ciega; puede usted pensar, incluso, que es un empresario de circo perfeccionista empeñado inútilmente en que su traupe emplee parte de sus esfuerzos en interpretar un quinteto de Schubert.Puede usted creer que el quinteto es la belleza, la perfección, la vida de los santos; pero no se alcanza nunca. Puede usted pensar que la ciudad de Augsburgo es la esperanza de la renovación y la regeneración -"Mañana, Augsburgo"-; pero que la esperanza es siniestra -"¡Lo peor es Augsburgo!"-, como vino a decir Sartre (la sale espoir).

Metáforas escénicas

La fuerza de la costmbre

De Thomas Bernhard. Traducción de Miguel Sáenz. Intérpretes: Raúl Fraire, Diana Merope, Gabino Diego, Sixto Cid, Fernando Aguado. Escenografia, vestuario y dirección: Roberto Villanueva. Producciones Divinas. Estreno: teatro Español. Madrid, 5 de mayo.

Puede, si va usted al teatro Español alguna noche a ver la obra de Thomas Bernhard La fuerza de la costumbre, creer todo ello al mismo tiempo y muchas cosas más contenidas en metáforas escénicas, en frases ostensibles, en gestos y situaciones; todo ello le conducirá a la idea de que "la vida consiste en reducir cuestiones a la nada"; o que "hay que insistir en la precisión hasta que se convierta en costumbre". El simbólico quinteto no sirve para nada, ni representa nada; pero "hay que tocarlo".Thomas Bernhard es un autor austríaco de 56 años; sus novollas y su teatro están publicados en España, pero ésta es su primera representación aquí.

Recoge una tradición europea de existencialismo, de teatro del absurdo; de Sartre a Beckett. Es muy fin de siglo, pero todavía muy agónico: es decir, muy luchador contra el vacío, muy denunciante de la condición humana desesperada. Quizá esta obra nos llegue de una manera tardía: fue escrita en 1974, y desde entonces la nada ha ganado terreno muy velozmente, y ya casi no se denuncia. Estamos en la posnada.

La misma tosquedad de la representación que le da el grupo teatral que se Rama Producciones Divinas -una curiosa denominación, también muy fin de siglo- que dirige el hispano-argentino Roberto Villanueva -muy acreditado, muy admirado- se añade a la posible metáfora de la humanidad torpe, inválida, herida, repetidora de sus tópicos y sus actitudes inútiles que simboliza la compañía de circo de Caripaldi.

La vida al revés

El actor que representa este personaje abundante de significaciones -Dios, autoridad, fuerza de arrastre; pero inválido, envejecido, impotente, torpe de manos- es Raúl Fraire, que hace un verdadero acto de histrionismo -en el buen sentido- tratando inútilmente de domar a sus criaturas, que no son ni siquiera rebeldes. El texto y la dirección de Roberto Villanueva apuran la metáfora del circo; "la vida al revés, circo es", se dijo en otros tiempos, y la impostación de voces, la comicidad trágica de gestos y voces, la burla de lo imposible, son la metáfora geheral de la obra.Usted puede no entender nada de esta crítica; lo cual quiere decir que entenderá usted mucho menos la obra y, por tanto, que puede ahorrársela. Sin embargo, en el escenario casi desnudo, ornado por los míticos instrumentistas del quinteto y sus atriles, con sus figurines deslucidos o quemados por el sudor del esfuerzo, en las palabras repetidas y obsesivas, se puede encontrar todavía un ramalazo de emoción, de desesperanza, de vida, de lucha; más allá de la metafísica, muy dentro del teatro.

De un teatro intelectual, minoritario y quizá más representativó del lejano ayer de hace 15 años que del verdadero vacío actual.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_