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Hacia la unidad palestina

El encuentro entre Arafat y Habache, un buen prólogo para la reunión del Parlamento de la OLP

Ángeles Espinosa

La reunión del Consejo Nacional Palestino (CNP) que se inicia mañana en Argel ha despertado inusitadas expectativas sobre el logro de una posición unificada de los palestinos con vistas a su participación en las negociaciones de paz para Oriente Próximo. La lucha conjunta de las distintas facciones en los campamentos de refugiados de Líbano y la entrevista mantenida el pasado domingo entre Yasir Arafat, presidente del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y Georges Habache, líder del hasta ahora disidente Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), permiten un moderado optimismo.

Habache ha declarado a la agencia Efe que espera que la unión con la OLP sea "sólida y duradera". De momento ha servido para que el FPLP participe en la reunión del CNP, considerado el Parlamento palestino en el exilio, en el que estarán representados, además de Al Fatah, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), el Frente Árabe de Liberación (FAL), el Frente de Liberación de Palestina (FLP) y el Partido Comunista de Palestina.Los seis grupos, se reunieron el mes pasado en Trípoli, la capital libia, donde se elaboró un programa político de síntesis en el que además de la abrogación del acuerdo de Amman, se rechaza el contenido de las resoluciones 242 y 338 de las Naciones Unidas y se pide la ruptura de relaciones con Egipto "mientras mantenga el acuerdo de Camp David". En dicho plan se recoge también el deseo de que se realice "un trabajo unificado" de todas las organizaciones palestinas, para defender militarmentete los, campamentos de refugiados de Líbano, deseo que por otra parte: ha estado precedido por una acción de las bases en ese sentido.

"Si aquí [en Argel] aprobamos un programa similar al de Trípoli, creo que se dejaran de lado las querellas, y aún sería más conveniente que, junto a esa acción política, se aprueben los puntos organizativos que delimiten la nueva estructura de la OLP", ha declarado el líder del FPLP.

Quedan todavía, sin embargo, algunas sombras. El precio pagado por Arafat para obtener la participación del grupo de Habache, con quien no mantenía relaciones desde hace casi cuatro años, ha suscitado distintas valoraciones. La decisión de sustituir el acuerdo con Jordania por uno más amplio con todas las naciones árabes directamente implicadas en el conflicto con Israel sólo es inmediatamente tangible en su primera parte: la denuncia del acuerdo. No parece fácil lograr la firma bajo un mismo texto de Jordania, Egipto, Siria y Líbano, tal como pretende ahora la OLP.

De momento, Egipto ya ha manifestado, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Esmat Abdel Meguid, su desagrado por la decisión. El Gobierno de El Cairo mantiene que el acuerdo continúa siendo vital para una solución al problema de Oriente Próximo.

Una oferta de paz

El acuerdo sellado en Amman la capital jordana, en 1985 daba el visto bueno del rey Hussein y de Arafat para la constitución de una delegación conjunta Jordania-OLP con vistas a las futuras negociaciones para lograr la paz árabe-israelí. Dado que uno de los principales obstáculos de Israel para la celebración de una conferencia internacional que ponga fin al conflicto viene siendo la participación directa de la OLP en ese eventual foro, el acuerdo fue interpretado por los analistas políticos como una oferta de paz a Israel a cambio de su retirada de los territorios árabes que ocupó en la guerra de 1967: Cisjordania, Gaza y los altos del Golán (el Sinaí fue devuelto a Egipto a raíz del tratado de paz de 1979). Un año después de la firma, Hussein denunciaba el acuerdo porque la OLP había demostrado "ser indigna de confianza en el esfuerzo por encontrar una fórmula para mantener conversaciones con Israel". Se suspendió el diálogo entre el monarca hachemí y el líder de la OLP y se cerraron las oficinas de esta organización en Jordania, lo que obligó al dirigente palestino a cambiar una vez más de residencia. No obstante, el acuerdo siguió constituyendo el marco para las relaciones entre la OLP y los aproximadamente 1,5 millones de palestinos, que representan más de la mitad de la población jordana.La cabezonería de Arafat en no aceptar la resolución 242 de la ONU -que significaría el reconocimiento implícito de la existencia del Estado de Israel- a menos que Estados Unidos admitiera el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino fue vista en algunos medios internacionales como la renuncia a esa posibilidad de paz. Surgieron por enésima vez voces que dudaron de la representatividad del líder palestino. Sin embargo, en las filas palestinas el gesto se hubiera visto como una capitulación. De hecho, desde que Arafat asumió la dirección de la OLP, en 1969, los disidentes le han acusado repetidamente de haber hecho demasiadas concesiones.

La cancelación del acuerdo jordano-palestino, que hará pública en los próximos días el Comité Ejecutivo de la OLP, ya ha sido admitida públicamente no sólo por el grupo de Habache, sino también por los más inmediatos colaboradores de Arafat. Estos, no obstante, han tenido buen cuidado en precisar que su organización va a hacer lo posible por mejorar las relaciones con Jordania.

Frente a quienes consideran que la decisión supone el triunfo de la línea dura de la OLP, sus defensores la califican de realista y recuerdan que los pequeños avances logrados por el pueblo palestino en sus 40 años de lucha han estado en muchas ocasiones unidos a posiciones de fuerza. Éstos confían en que de esta reunión del CNP salga una OLP fuerte y unida ahora que existe un ambiente internacional favorable para la celebración de una conferencia de paz.

La Organización para la Liberación de Palestina sigue considerándose el legítimo representante del pueblo palestino. "Llevan 40 años buscando otro representante y no lo han encontrado", manifestó a EL PAIS una fuente autorizada de la OLP en Madrid, insistiendo en su deseo de ser reconocidos como interlocutores en cualquier negociación sobre el tema.

Optimismo palestino

En medios diplomáticos palestinos reinaba el optimismo esta semana durante la reunión preparatoria del CNP. El golpe que supuso el anuncio, en febrero de 1986, de la retirada del apoyo del monarca Jordano a Arafat no se tradujo, sin embargo, en una pérdida de popularidad entre los palestinos de los territorios ocupados, como lo demuestran los resultados obtenidos a principios de este curso por los miembros de su grupo, Al Fatah -el principal de la OLP-, en las elecciones a delegados de los centros escolares y universitarios de Cisjordania. Es más, los éxitos cosechados en los campamentos de refugiados de Líbano por los hombres de Arafat -a los que se unieron miembros de otros grupos palestinos, pese a las consignas en contra procedentes de sus direcciones en Damasco, la capital siria- han confirmado ese liderazgo y no han sido ajenos al acercamiento de Georges Habache."En 1983, cuando tuvimos que salir de Beirut, nadie daba un duro por nosotros como organización, sin embargo la OLP demostró su capacidad de reconstrucción al ser capaz de reunir en cinco meses su Consejo Nacional. Ahora ha sido más fácil por que habíamos ganado una batalla", afirma la fuente precitada.

La reunión del CNP va a servir, entre otras cosas, para celebrar el triunfo en la batalla de los campamentos "ya que intentaron [los milicianos shiíes de Amal, con el respaldo de Damasco] destruirlos y no han logrado entrar, y la reunificación de los seis grupos palestinos". El CNP tratará también de la situación del pueblo palestino y de la unidad de todas las facciones.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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