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La Unión Soviética retira parte de sus tropas de Mongolia

Pilar Bonet

La URSS anunció ayer el comienzo de la retirada de una división de infantería motorizada y otras unidades militares de Mongolia, en un gesto que se inscribe en la nueva política asiática de Moscú. Ésta está dirigida a mejorar las relaciones con China y fue esbozada por el líder, Mijail Gorbachov, en julio de 1986, en Vladivostok.Según una nota del Ministerio de Defensa soviético, la retirada parcial de tropas de Mongolia se efectúa tras previo acuerdo con el Gobierno de Ulan Bator. Mongolia está vinculada a la URSS por un tratado de cooperación y asistencia mutua firmado en 1966, en pleno deterioro de las relaciones chino- soviéticas.

Desde entonces, unos 75.000 soldados soviéticos se encuentran estacionados en territorio mongol, según datos occidentales. Estas fuentes afirman que la retirada afecta a un contingente de entre 8.000 y 10.000 hombres. La operación se realizará entre abril y junio, anunció el pasado enero el portavoz soviético, Guenadi Guerasimov.

Mongolia, que existe como Estado independiente desde 1921 y como República popular desde 1924, es un estrecho aliado de la URSS y es miembro del Comecon (mercado común socialista). El país, que tiene menos de dos millones de habitantes se encuentra encajonado entre la URSS y China. Hace aún poco tiempo, los dirigentes mongoles consideraban públicamente que la presencia de tropas soviéticas en su territorio era una garantía contra las ambiciones expansionistas chinas. Hoy, Ulan Bator ha abandonado este lenguaje y ha mejorado sustancialmente sus relaciones con Pekín, que ve en la presencia de tropas soviéticas en Mongolia uno de los tres obstáculos para mejorar sus relaciones con Moscú.

Ulan Bator estableció este año relaciones diplomáticas con EE UU y su ministro de Exteriores, Margalin Dugersuren, afirmó recientemente que la retirada de tropas soviéticas de su país es un acto de "buena voluntad" para mejorar la atmósfera de comprensión y confianza en Asía. Dugersuren condenó en 1980, junto con Andrei Grorniko, actual presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS, la "política de gran potencia y militarista" de Pekín y la colaboración de China con el imperialismo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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