Francia y Yugoslavia presentan filmes policiacos de muy distinto estilo
La película francesa Kamikaze, dirigida por Didier Grousset, y la yugoslava El sueño de la rosa, cuyo director es Zoran Tadic, trajeron ayer a la sección oficial del festival de Madrid dos ejemplos muy diferentes de cine negro mezclado con otros modelos narrativos. El yugoslavo combina la intriga policial con un drama de corte social, mientras que el francés lo hace con una original variante, hoy muy en boga, de ficción científica: la inspirada en técnicas de la informática.
El filme francés Kamikaze cuenta una complicada y retorcida trama en la que se interfieren la intriga policiaca convencional, el estilo de terror conconnotaciones psicoanalíticas y la ficción científica urdida sobre el empleo de aparatos de informática, cosa esta última que está hoy muy en boga.En principio, el filme se parece a un batiburrillo de cosas dificilmente combinables, una especie cinematográfica de mayonesa cortada, que es muy habitual en este tipo de proyectos sintéticos, en los que con frecuencia cada ingrediente va por su lado. Pero el guionista y el director de Kamikaze logran, con cierta innegable habilidad, homogeneizar ese material argumental tan variado e incluso disperso. La película les sale inteligible, coherente y se sigue bien.
Karnikaze, sin embargo, no pasa de ahí, de ser una película que se digiere con facilidad. Es cine a veces teniso, incluso divertido, con algunos pinitos de busca de originalidad, pero no pasa de ahí. Es una película correctamente realizada y de fondo artificioso y trivial, pese a ciertas ambiciones de trascendentalismo que nunca pasan del estado de ambiciones.
'Thriller' social
El sueño de la rosa no tiene tantas complicaciones como la película anterior, sino que conjunta tan sólb dos cuerdas argumentales -un crimen mafioso y la exposición de la mísera cotidianidad de unos obreros- que ya han sido trenzadas conjuntamente en otras muchas ocasiones, sobre todo en el cine italiano, que en los años sesenta hizo muchas películas de esta especie, algunas tan memorables como Un maldito embrollo, de Pietro Germi.Es un filme aceptable que bordea asuntos de entidad, pero sin llegar nunca a entrar a fondo en ellos y limitándose a acariciarles superficialmente.
Mientras tanto, las secciones paralelas de Imagfic convocan gran cantidad de público, incluida la dedicada a obras consideradas por los organizadores del festival como las más interesantes de la producción española entre 1982 y 1986 y que comprende a Carmen, de Saura; Demonios en el jardín, de Gutiérrez Aragón; Padre nuestro, de Regueiro; ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, de Almodóvar; El sur, de Erice, y Tiempo de silencio, de Aranda.
Babelia
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