La abuela se fuga

Para el aficionado español, Horton Foote, el guionista de The trip to Bountiful, no es ningún desconocido. La jauría humana, Matar a un ruiseñor y Tender mercies son películas estrenadas comercialmente entre nosotros, y las dos primeras obtuvieron además un éxito más que notable. Además, Foote ha sido llevado otras veces a la pantalla, la última de ellas en 1986, cuando Ken Harrison rodó la mediocre On Valentine's Day, presentada en la Mostra de Venecia, siempre como el cronista minucioso de la vida familiar en el sur de Estados Unidos, crónicas en las que los elementos de biografía de la saga del propio Foote son importantes. Aquí, este viaje a Bountiful que sirvió para que Geraldine Page ganara el oscar que le había sido negado en siete ocasiones se basa en algo protagonizado en la realidad por la abuela del autor, una fuga del enclaustramiento urbano para ir en busca del paraíso perdido, el pueblecito natal.La heroína de este filme es una abuela que se lleva mal con la nuera. No le gusta tener que permanecer siempre en un piso, bajo control, sentirse definitivamente aparcada e inútil. Por eso, aprovechando la complicidad de otra viajera joven, la abuela se fuga en busca de su Bountiful soñado. El trayecto en autobús es largo, lo bastante como para rememorar toda una vida y reflexionar sobre ella. Cuando, después de varias pequeñas peripecias, la anciana -Geraldine Page hereda un papel interpretado por Lillian Gish en una anterior versión televisiva- llega al idealizado destino, allí ya no queda nada, excepto los recuerdos. La utopía individual por la que cada cual encontraría siempre un lugar para el más allá de la frontera, se ha visto sustituida por un mayor deseo de seguridad y confort. La nuera no llega a quejarse de que los pollos anden crudos por el campo, pero sí de que no esté todo convenientemente as faltado para evitar que sus zapa tos de fantasía se despellejen con los guijarros.

La película es transparente desde un primer momento. Sabemos lo que se oculta tras los deseos de fuga de la abuela, como conocemos anticipadamente la reacción de hijo y nuera. Sin embargo... sin embargo la capacidad de los actores y el texto para funcionar sincronizadamente acaba por darle vida y emoción a lo que pudiera ser un drama polvoriento y costumbrista. El director, Peter Masterson, antiguo actor a su vez, deja que los intérpretes impongan su ritmo. En este sentido, el trabajo de Geraldine Page, siendo bueno, quizá se toma demasiadas libertades, propias de una gran actriz que aprovecha tener un vehículo a su entera disposición para pasarse, sabiamente, eso sí. En conjunto, puede decirse que The trip to Bountiful es una pequeña y excelente película.