Casi 40 artistas en la muestra de arte turinés en Madrid

Hace seis meses, un nutrido grupo de jóvenes artistas madrileños presentaba sus creaciones en la ciudad italiana de Turín. Ahora, aquella ciudad devuelve la visita. Una exposición situada en el pabellón Villanueva del Jardín Botánico de Madrid muestra las obras de 12 fotógrafos, 3 escultores, 9 pintores y 8 videoartistas. En el Centro Reina Sofía se han realizado varias mesas redondas, y el domingo, en el Florida Park del parque del Retiro, actuarán los grupos Avantgarde, KGB y Funky Lips.

La Muestra de arte joven, que se inauguró este lunes, ha contado con unas jornadas paralelas en el Centro Reina Soria, donde, a través, de debates, se ha hablado de artes plásticas, de rock (véase EL PAIS de ayer), de imagen, de los problemas de los jóvenes creadores madrileños y de moda. "Cuando estuvimos en Turín no tuvimos coloquios. Ahora hemos querido realizar esta! mesas redondas para intentar dotar de contenido teórico a lo que hacen los jóvenes", dice Raquel Casero, directora de Rompeolas, la sección de la Dirección General de Juventud de la Comunidad de Madrid que organiza la muestra.Antonio Parras, Isa Brena, Sybilla, Santiago Caro, Peor Impossible, La Frontera, Tono Carbajo, Pablo Sycet o José Ramón da Cruz fueron algunos de los casi 50 artistas madrileños que visitaron Turín en octubre. Otros tantos son los jóvenes turineses que presentan en Madrid sus obras. Vienen respaldados por el Projetto Jovanni del Ayuntamiento de Turín. "Rompeolas empezó a funcionar hace sólo un año", dice Raquel Casero, "y el primer contacto que tuvimos fue con la Consejería de Juventud de la Generalitat, que funciona muy bien. Después tuvimos noticias del Prejetto Jovanni de Turín y nos pusimos en contacto con ellos. De ahí surgió este programa de intercambio que hemos realizado ahora". Un programa que ha conseguido una aportación económica de 20.000 ECU (unos tres millones de pesetas) de la Comunidad Europea.

La exposición del Jardín Botánico va a estar abierta hasta el día 19 de marzo. Allí, en el pabellón Villanueva, se exhiben diariamente los ocho trabajos de vídeo realizados por otros tantos artistas y están expuestas las fotografías, las esculturas y las pinturas.

La disparidad de las obras es uno de los atractivos de una muestra en la que el único denominador común es la edad de los creadores, no siempre tan jóvenes como cabría suponer (hay jóvenes de 25 años, como el pintor Domenico Piccolo, y los hay de 43, como el videoasta Franco Barberi). Junto a las construcciones de Francesco Ferzini con ramas y sábanas están las esculturas de corte absolutamente clásico de Raffaele Mondazzi. Frente a la ampulosidad y ternura de los travestidos del vídeo de Daniele Segre está el cuento en dibujos animados de Giovanni Durbiano.

"La diferencia fundamental entre Turín y Madrid", dice Raquel Casero, "es que allí hay menos movimiento que en Madrid, menos ebullición quizá, pero hay más medios. Allí cuentan con una infraestructura razonable para que los jóvenes puedan hacer cosas. En ese sentido están por delante de nosotros". Los turineses se sienten atraídos fundamentalmente por la ebullición del arte madrileño, por su vitalidad.

Mañana, en el Instituto Italiano de Cultura, se celebrará aún un debate más, que tiene por finalidad reunir a turineses y españoles. Intervendrán Franco Fanelli, grafista; Pino Mantovani, crítico de arte; Marino Paire y Toni Socias, músicos; Francesco Ferzini, escultor; Marco di Castri y José Ramón da Cruz, videoartistas; Antonio Parra y Domingo Córdoba, diseñadores, y Tono Carbajo y Julio Juste, pintores.

La sección Rompeolas ha trabajado ya con unos 100 artistas madrileños y, según su directora, en un año ha realizado ya un fichero donde se recogen hasta 400 nombres. La juventud de Turín ha sido la primera de una ciudad europea que ha venido a Madrid.

Rompeolas ha abierto ya conversaciones para que haya otros intercambios de este estilo con otras ciudades, como Colonia y París. Por esta vez, la iniciativa institucional ha obtenido una tibia respuesta del público, que sólo se ha acercado a ella masivamente cuando la música estaba por medio.