Entre dos mujeres
Nos llega ahora la versión original e íntegra de El hombre del brazo de oro, una película que en 1956, después de una enconada batalla contra la censura, se estrenó en Estados Unidos. En su momento, el código Hays era explícito y tajante: la toxicomanía era un tema prohibido, independientemente del punto de vista del filme sobre la cuestión. Preminger, que por algo era productor de sí mismo, desafió la prohibición y logró que la United Artists desoyera las reconvenciones de la Motion Picture Association of America (MPAA).Mediados los años cincuenta, el peligro no venía de tener que repartirse el pastel con otras productoras de cine, sino de la televisión. De ahí que Preminger derrotara a la MPAA, que ésta se apresurara a cambiar su reglamento y que el cine se llenara de drogadictos.
El hombre del brazo de oro
Director: Otto Preminger. Intérpretes: Frank Sinatra, Kim Novak, Eleanor Parker, Arnold Stang, Darren McGavin, Robert Strauss. Guión: Walter Newman y Lewis Meltzer. Fotografía: Sam Leavitt. EE UU, 1955. Reposición en Madrid en Muiticines Picasso.
Con este pequeño prólogo explicativo queda situado el valor y significado histórico del filme, de la crispación de Sinatra cuando tiene el mono -Tomás Blanco en Apartado de correos 1001, también necesitaba un chute de cuando en cuando, pero eso no ocupaba un lugar central en la ficción- y de la opción realista de Preminger. Pero otra cosa es la película vista ahora, cuando el factor novedad ha desaparecido. Toda la vertiente documental sobre los espasmos que acompañan la desintoxicación forzada de un drogadicto o todas las consideraciones sobre la relación entre droga y sociedad mantienen su vigencia, pero caen dentro de la obviedad. La película se mantiene en pie por la manera en que retrata una obsesión.
Pero Sinatra no sólo está enganchado a la heroína, sino también a una mujer que le destruye, su esposa, Zosch, interpretada por una Eleanor Parker que micia el filón siniestro de las divas convertidas en material de derribo, filón que explotará en ¿Qué fue de Baby Jane? Ella es una falsa paralítica que hace de su debilidad su fuerza. La compasión es el arma del personaje, que, cuando se ve descubierto, se tapa con una manta, como si su desnudez fuera fisica y no moral. Kim Novak, en cambio, no se cubre ella, sino a Frankie cuando éste intenta desengancharse. Kim utiliza mantas, pero también su cuerpo, para tapar al friolero Sinatra. Y ésa es la diferencia básica entre las dos mujeres: las dos maneras de enfrentarse a la compasión buscándola para protegerse de la vida o sirviéndose de ella para forzar a renacer a la persona amada. La solución visual al dilema de cómo presentar a esas dos mujeres, el oficio del cincasta, el talento de quien piensa de manera exacta y traduce sus ideas en imágenes es lo que sigue vigente.
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