Brasil suspenderá el pago de sus deudas a corto plazo
Brasil no pagará sus deudas a corto plazo, que vencen en su mayoría mensualmente, si los bancos acreedores extranjeros se niegan a renovarlas. Con esta medida, que ha sido comunicada por el Banco Central a todos los bancos brasileños, el Gobierno de Brasil quiere impedir que las entidades bancarias extranjeras les corten las líneas de crédito a la exportación y a los servicios interbancarios.
Hace pocos días el banco central aseguró a la banca exterior que la moratoria de la deuda no afectaría a las líneas de corto plazo. Por ello, este cambio de actitud ha creado un profundo malestar entre los banqueros internacionales, quienes ayer ni siquiera habían recibido comunicación oficial de la noticia.Ante la decisión de Brasil de suspender el pago de los intereses y servicios de su deuda externa a largo plazo, algunos bancos acreedores se habían planteado la posibilidad de no renovar los creditos a corto plazo. Brasil debe 15.000 millones de dólares en créditos a corto plazo destinados a financiar las exportaciones y las posiciones interbancarias en el exterior. Estas líneas son renovadas cada mes y particularmente por los bancos extranjeros, y su paralización supondría un colapso del comercio exterior de Brasil.
Desde ayer, los bancos brasileños y las empresas que utilizan estas líneas de préstamos, como la compañía petrolera Petrobras, canalizarán a través del banco central el pago de sus deudas a corto. En caso de que un banco extranjero decida no renovar un crédito a Brasil, los intereses de la deuda quedarán depositados en el banco central y el acreedor no cobrará.
Mañana, viernes, vencen créditos brasileños de corto plazo por valor de 500 millones de dólares, y el Gobierno de José Sarney, con la centralización de los pagos, ha decidido anticiparse a la tendencia de no renovación de líneas por parte de los bancos acreedores. Según afirmaban ayer portavoces de la presidencia, en caso de que fueran cortadas las líneas de crédito a corto plazo que están a punto de vencer, los recursos del país podrían sufrir una sangría de 2.000 millones de dólares.
Un antiguo acuerdo
En el acuerdo de renegociación de la deuda externa alcanzado en 1983, además de los proyectos a largo plazo, los bancos extranjeros aceptaron financiar con 10.000 millones de dólares las exportaciones brasileñas y conceder otros 5.000 millones para financiar las posiciones interbancarias de Brasil.En estos momentos, Brasil debe dinero a 700 bancos internacioqales. De ellos, 650 son entidades bancarias pequeñas y medianas, y el resto grandes bancos norteamericanos y japoneses. Los bancos pequeños y medianos, entre los que se incluyen los españoles, pensaban responder a la suspensión de pagos de los intereses y servicios de la deuda brasileña a largo plazo con la no renovación de los créditos a corto plazo. Los grandes, por el contrario, se ven incapacitados para suspender créditos, ya que Brasil les debe demasiado dinero.
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