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Los herederos de Tlatelolco

El movimiento estudiantil mexicano pide más subvenciones y participación

Un nuevo organismo sárgido de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), logró reunir recientemente en la capital mexicana a unos 200.000 estudiantes, en un acto masivo sin precedentes desde 1968. Las demandas de los manifestantes: un congreso universitario democrático y un aumento del 100% de las subvenciones oficiales. La huelga, iniciada el pasado 28 de enero en ese centro de estudios, continúa y muchos mexicanos se preguntan si este movimiento nacido en época de crisis tiene semejanzas con el de 1968, que culminó en la matanza de Tlatelolco.

En México se le llama del 68 al movimiento estudiantil que terminó trágicamente la noche del 2 de octubre en la plaza de las Tres Culturas, en la que cerca de medio centenar de manifestantes perdieron la vida. Hasta el momento, nadie duda en asegurar que no existen paralelismos entre uno y otro movimiento estudiantil, aunque un inteligente columnista mexicano no escondiera su alegría al presenciar "las maravillosas escenas de la reconquista estudiantil de las calles de México".En 1968 el compromiso era de resistencia al Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y su política represiva, y el movimiento prácticamente nació con una represión paramilitar a dos marchas estudiantiles que conmemoraban un aniversario de la revolución cubana. También las peticiones de aquel movimiento tenían directa relación con la realidad política de ese momento.

Los estudiantes exigían la libertad de presos políticos, la destitución del jefe de la policía del distrito federal y el castigo a los responsables de las agresiones a los manifestantes. En 1987, los estudiantes rechazan una política exclusivista en la universidad estatal y exigen algo elemental: que sus ideas sean tomadas en cuenta.

El Gobierno reaccionó, después de una odiosa campaña de desprestigio en contra de los dirigentes del CEU, con inteligencia y anunció que el subsidio a la universidad sería aumentado en un 120%.

Problemas de 1987

Los estudiantes del 87 en México quieren mejorar la UNAM. Su rector, Jorge Carpizo, afirmó en diciembre que el nivel académico de la UNAM es bajo y que la tendencia es a que siga bajando, que se estudia mal y que la enseñanza y la investigación tampoco merecen elogios. Prácticamente nadie en el país discrepó con el rector.Carpizo, para muchos el mejor rector que ha tenido la UNAM en los últimos 20 años, sólo se había referido a una verdad tan grande como la propia universidad. En 1981, un profesor con dedicación plena ganaba el equivalente a unos 1.200 dólares (152.000 pesetas) al mes. La situación económica hizo que ese mismo profesor, a fines de diciembre de 1986, recibiera el equivalente a sólo 245 dólares (31.115 pesetas).

"Yo me pregunto cómo puede vivir con su sueldo de tiempo completo un científico cuyo salario es el de una secretaria", afirma el profesor de la UNAM y periodista Fernando Benítez. Éste se refiere a otro problema señalado por el rector de la UNAM. En 1968, año crítico en la historia estudiantil mexicana, Benítez tenía sólo 30 alumnos y 25 obtenían buenas calificaciones. En 1987 tiene 100 y más de 50 oyentes, y sólo 15 alumnos rinden satisfactoriamente.

La UNAM y sus 350.000 estudiantes sufren también un problema crónico y terriblemente material: no tienen dinero suficiente. La universidad más grande del país y orgullo nacional tuvo que suspender en 1985 (el balance de 1986 aún no se conoce) proyectos, programas académicos y de investigación.

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