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El Senado carece de pruebas de que Reagan autorizará el desvío de fondos a la 'contra'

Francisco G. Basterra

No hay pruebas concluyentes, por el momento, de que Ronald Reagan supiera o hubiera autorizado el desvío de fondos a la contra procedentes de la venta de armas a Irán, pero el presidente y sus principales colaboradores jugaron un papel en la ayuda a los rebeldes -que el Congreso había prohibido-, mayor del que se había supuesto hasta ahora. Reagan sólo perseguía la liberación de los rehenes y la justificación estratégica de la operación se hizo a postetiori para enmascarar un pago de rescate. Estas son las principales revelaciones del informe de 65 páginas hecho público por el Comité de Información del Senado, y que detalla las investigaciones realizadas hasta ahora en el Irangate.

El informe, la relación más completa hasta ahora de lo sucedido, revela una política exterior hecha por aficionados y un descontrol de las operaciones de la Casa Blanca. Describe cómo los altos cargos de la Adminístración se engañaban entre ellos y engañaban al Congreso sobre la operación iraní. Por ejemplo, la Casa Blanca mintió a la CIA sobre la legalidad de la operación iraní, cuando el Pentágono insistía en que era ilegal. Aparece claro que el director de la CIA, WiIllam Casey, mintió al Congreso el pasado noviembre, cuando ya sabía bastante sobre el desvío de dinero, a la contra, cosa que negó. El secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, Elliot Abrams, tampoco dijo al Comité de Información del Senado lo que sabía acerca de la ayuda para los antisandinistas solicitada por EE UU a terceros países.La Casa Blanca dijo ayer, sin embargo, que el presidente "está complacido" de que el informe confirme que él no sabía nada del ilegal desvío de dinero a los antisandinistas, pero miembros del Congreso explicaron que el documento es sólo una investigación preliminar que servirá de base a las investigaciones que ahora iniciarán nuevos comités parlamentarios y un fiscal especial. Hasta que John Poindexter y el teniente coronel Oliver North cuenten todo lo que saben -hasta ahora se han negado a hablar- no se podrá concluir definitivamente la inocencia presidencial, declaró el presidente del Comité de Información del Senado, el demócrata David Boren.El informe, que contiene más interrogantes que respuestas, sirve, sin embargo para establecer que la principal preocupación de Reagan era intercambiar armas por los rehenes secuestrados en Líbano, y que no una apertura estratégica a los moderados en Irán. Esta preocupación, junto al deseo israelí de establecer contactos con Irán y la presión de intermediarios extranjeros y traficantes de armas, aparecen en el informe como las claves que explican el Irangate. Casi tres meses de investigaciones han sido insuficientes para saber a dónde fue a parar el dinero desviado de la operación secreta con Irán.

Cuentas bancarias

El comité ha descubierto nuevas cuentas bancarias, además de las de Suiza, en las islas Cayman y Panamá. Se apunta a que al guna de estas cuentas era controlada únicamente por personas privadas, como el ex general del aire retirado Richard Secord y ex agentes de la CIA. El informe, que es una enumeración de hechos y declaraciones sin conclusiones o juicios de valor, descubre que la idea de desviar a la contra dinero procedente de la venta de armas a Ruholá Jomeini, fue puesta en práctica desde el primer suministro de material bélico a Teherán, realizado directamente por Estados Unidos en febrero de 1986.

El presidente participó en varias reuniones en 1986, en las que estuvo presente North (que vio al presidente 17 veces a lo largo del Irangate, aunque, al parecer, nunca a solas), para discutir la ayuda a la contra, cuando estaba prohibida por el Congreso. Algunas de estas reuniones ocurrieron poco después de que North escribiera un memorándum con planes para desviar 12 millones de dólares para los antisandinistas. En uno de estos encuentros se discutió la posibilidad de pedir ayuda a terceros países, y el secretarlo de Estado, George Shultz, consiguió 10 millones de dólares del sultán de Brunei. Pero el Departamento de Estado, explica el informe, no hizo nada para controlar ese dinero que también se ha esfumado. Reagan estaba preparado, en septiembre pasado, para agradecer a Israel su oferta de enviar un cargamento de armas soviéticas a la contra.

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