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ECUADOR, UNA DEMOCRACIA DESGASTADA /1

Una obra de León

Febres Cordero gobierna con imprudencia, agresividad y autoritarismo

Antonio Caño

En cada rincón de Ecuador en el que se repara una acera, se levanta una farola o se repuebla un parque, el Gobierno coloca inmediata mente un enorme cartel en el que se recuerda a los ciudadanos que eso es otra obra de León. Incluso los nuevos camiones de recogida de basura van adornados con esa frase, eslogan de los dos años y me dio de gestión del presidente socialcristiano León Febres Cordero el dirigente más contestado en el país desde que Ecuador recuperó la democracia, en 1979. Otra obra de León resume un Gobierno ultrapersonalista, marcado por la imagen de un hombre, más que impetuoso, imprudente; más que decidido, agresivo, y autoritario más que firme.

Popularmente, Otra obra de León es el grave desgaste del sistema democrático en el país, privado de elementos esenciales como un Parlamento que ejerza labores Iegislativas y un poder judicial independiente, el desprestigio de las fuerzas armadas y la división :que asoma en su seno, y, finalmente, los levantamientos que se han producido durante el último año en la Fuerza Aérea, que han dado al país la imagen inmerecida de la más bananera de las repúblicas de América Latina.El hecho de que la oposición tenga mayoría en el Parlamento ha convertido la relación entre éste y el Gobierno en un enfrentamiento permanente. El presidente no es que gobierne sin el Congreso, es que parece gobernar contra él. Esta situación ha desvirtuado las reglas democráticas, hasta tal punto que el presidente de Democracia Popular, formación democristiana, Wilfredo Lucero, llega a afirmar: "No se puede decir que vivimos en democracia".

Botes de humo

Los diputados han sido en varias ocasiones agredidos dentro del mismo Congreso por elementos del público pertenecientes a grupos incontrolados partidarios del presidente. En septiembre pasado, mientras los diputados discutían sobre un enjuiciamiento público al entonces ministro de Finanzas, la policía entró en la sala de plenos y disolvió la reunión parlamentaria disparando botes de humo.

Hace poco más de un mes, una comisión investigadora parlamentaría que acudía al palacio del Gobierno en demanda de datos fue agredida dentro mismo del edificio por sujetos desconocidos, pero que los diputados identificaron como personas del entorno presidencial.

El hecho de mayor repercusión ocurrió hace un año, cuando la policía rodeó el Palacio de Justicia para impedir la entrada de los jueces del Tribunal Supremo que el Parlamento había elegido y no eran del gusto de Febres Cordero. Durante varios días el país tuvo dos tribunales supremos.

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Son numerosos los casos en los que el presidente hace entrar en vigor leyes que habían sido rechazadas por el Parlamento -la más sonada de ellas ha sido la ley de Alzas Salariales- y son constantes las negativas del presidente a acatar mociones aprobadas por el Congreso.

En opinión de Wilfredo Lucero, el único parlamentario que conserva su escaño desde 1979, Febres Cordero "es un tramposo de la democracia, que vive pensando en picardías para engañar al Congreso".

. Apoyándose en una normativa que exige que la Cámara trate los asuntos económicos urgentes en 15 días, el Gobierno envió en una ocasión 15 proyectos de ley juntos para ser discutidos en ese plazo, algunos de ellos con más de 200 artículos. Todos fueron convertidos en ley por el presidente, pese a que, obviamente, el Parlamento apenas tuvo tiempo de verlos. "Por esta vía", según Lucero, "ha puesto en vigor cerca de 30 leyes".

Ell Gobierno justifica su comportamiento por la necesidad de superar el permar.ente boicoteo del poder ejecutivo por parte del legislativo y acusa a éste de actuar simplemente por móviles partidistas, sin atención a los intereses nacionales.

Violencia verbal

El presidente actúa, en todo caso, como si los miembros del Parlamento sólo se representasen a sí mismos. Con frecuencia los insulta y descalifica personal y políticamente. Todo esto hacreado en el país un clima de permanente agresión y violencia verbal en el que, según coinciden distintos analistas, los argumentos se imponen por la fuerza y no por el diálogo y la ley, y un clima que es caldo de cultivo para hechos como los ocurridos el pasado día 16 en la base aérea de Taura.

~ El dirigente de Izquierda Democrática Rodrigo Borja, candi.dato a la presidencia en las pasadas elecciones y posible nuevo aspirante en los comicios de enero del próximo año, opina que León Febres Cordero "hacose-

'f chado los rutos de su violencia y de su desacato contra los símbolos e instituciones del sistema deniocrático".

Según Borja, "lo que ha ocurrido en la base aérea de Taura es que la.violencia, con el efecto multiplicador que tiene, ha terminado por envolver a su propio gestor". "Quien siembra vientos recoge tempestades", afirma.Durante estos días la Prensa y los partidos políticos se han encargado de recordar al presidente las contradicciones en las que ha caído durante su mandato y que, según ellos, han provocado,el deterioro actual. Fundamentalmente, su negativa a aceptar la solicitud de amnistía para el general Frank Vargas, que el Congreso había hecho en beneficio de la paz del país. Con su actitud, "lo que no consiguió el Parlamento lo consiguió posteriormente un puñado de paracaidistas", opina Gonzalo Ortiz, editor de uno de los principales diarios de la capital.

Doble rasero

Incluso más grave puede ser el doble rasero con el que el presidente midió su propio secuestro y el que hace pocos meses sufrió el banquero de Guayaquil Nahim Isaías. En, este último caso Febres Cordero declaró que nunca negociaría con los secuestradores -entonces el -Grupo Alfaro Vive-, aunque fuese su propia hija la afectada. El presidente Febres puso el caso en manos de la policía y el suceso concluyó con la muerte de secuestrado y secuestradores en una operación de rescate militar. La oposición y organizaciones independientes denuncian, por otro lado, la existencia de un grave retroceso en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos en el país.Dos periódicos contrarios al Gobierno se quejan de que son víctimas de control, boicoteo y cierta forma de censura por parte de las autoridades. Por si puede ser ilustrativo, hay que decir que este enviado especial no consiguió enviar la entrevista con el general Frank Vargas, publicada el pasado domingo por EL PAIS, por ninguna de las dos principales oficinas de télex público existentes en Quito. En una de ellas, después de preguntar si el -texto había sido sometido a censura, adujeron motivos técnicos para no transmitirla; en la segunda, el funcionario de turno pretendió llevar la crónica a que la leyese el presidente de la República.

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