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Vargas, escondido en Quito, quiere "seguir luchando"

Antonio Caño

El general Frank Vargas Pazzos, liberado la pasada semana tras el secuestro del presidente ecuatoriano, León Febres Cordero, en la base de Taura, se encuentra escondido en Quito, con la moral alta y dispuesto a "seguir luchando" desde la clandestinidad por su país, según declaró ayer personalmente a este periódico. El general Vargas recibió a EL PAIS en el sótano de una casa situada a las afueras de la capital ecuatoriana, a unos 45 minutos en autómovil del centro, adonde llegó, según dijo, procedente de Guayaquil, en la noche del pasado miércoles en el interior de la caja de un camión de transporte.

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Una frágil democracia

ENVIADO ESPECIAL, En una entrevista que mañana publica íntegramente este periódico, el general Frank Vargas afirma, entre otras cosas, que el actual presidente, Febres, le propuso participar en un golpe de Estado contra el anterior primer mandatario del país, Oswaldo Hurtado.Los planes del general Vargas siguen siendo uno de los elementos esenciales del futuro político de Ecuador, país sumido en la peor crisis política de sus casi ocho años de democracia.

Ayer, manifestaciones estudiantiles pidieron la dimisión de Febres, en la primera jornada de agitación callejera en Quito desde que el Congreso exigió la renuncia del jefe del Estado como responsable de los sucesos ocurridos la semana pasada en la base aérea de Taura, próxima a Guayaquil.

La policía dispersó con gases lacrimógenos y mangueras diversos conatos de manifestación en puntos del centro de Quito, donde el tráfico estuvo congestionado al mediodía. La vigilancia policial se intensificó con respecto a días anteriores. Según testigos presenciales, en las protestas participaron algunos cientos de personas, en su mayoría estudiantes universitarios que pedían al presidente que acatase la resolución aprobada por el Congreso en la noche del pasado miércoles.

Febres ha reiterado, sin embargo, en una comunicación oficial dirigida en la noche dei jueves al Congreso, que se mantendrá en su cargo, "porque la resolución enviada es irrelevante, antidemocrática y carece de toda fuerza jurídica y moral". "Como los actos que la ley prohibe son nulos y de ningún valor, y especialmente lo son aquéllos que prohibe la ley suprema, hago saber al Congreso Nacional que no renunciaré a la presidencia constitucional de la República", afirma la respuesta oficial enviada por el jefe del Estado al presidente del Congreso, Andrés Vallejo. Éste, por su parte, ante el hecho de que la resolución aprobada no tiene fuerza legal para destituir al presidente, ha pedido que "Dios inspire las actuaciones del mandatario".

Queda ya prácticamente descartada la posibilidad de que la oposición plantee ahora un enjuiciamiento político del presidente. Por un lado, porque parece ir triunfando entre las filas opositoras la tesis del partido comunista de que una medida así provocaría inevitablemente un golpe de Estado; por otro, porque la oposición no encuentra la fórmula para obtener los 48 votos que serían necesarios para forzar legalmente la destitución de Febres Cordero. En la sesión de esta semana, 38 diputados votaron a favor de la renuncia del presidente.

Sin noticias de los amotinados

Por otra parte, se sigue sin noticias precisas sobre la situación de los 74 soldados y suboficiales que fueron trasladados esta semana desde Taura como responsables del secuestro del primer mandatario. Cobran fuerza las versiones de que están siendo dispersados por distintas bases del país, y sus familiares han expresado su preocupación por la posibilidad de que estén siendo maltratados.Mientras tanto, el procedimiento legal en este caso sigue su curso, ahora también en la justicia militar. El juez penal militar de la zona aérea de Guayaquil ha dictado auto de procesamiento contra autores, cómplices y encubridores de los hechos del pasado 16 de enero. Esta orden viola el acuerdo que firmó el presidente en Taura para obtener su libertad.

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