¿Hicimos mal apoyando a Marcelino Oreja?
Siempre me han parecido injustas las críticas de prepotencia al Gobierno socialista, especialmente aquellas que se refieren a los favoritismos por el hecho de ostentar carné socialista.Ello es particularmente evidente en el ámbito de los organismos e instituciones internacionales. Desde que en diciembre de 1982, el PSOE llega al Gobierno, hemos apoyado para la presidencia de la Asamblea de la ONU a un no socialista, Jaime de Piniés, hemos hecho campaña país por país y votado al aliancista Marcelino Oreja, como secretario general del Consejo de Europa, el Gobierno ha propuesto al también discípulo de la derecha española, Abel Matutes, como comisario de la Comunidad Europea, sin contar con los altos cargos de UCD en el Ministerio de Asuntos Exteriores (subsecretarios y directores generales) que hoy ocupan importantes embajadas nombrados por el Gobierno socialista.
¿Se comprende así nuestra indignación ante la mezquina y sectaria actitud de la derecha española (AP, PNV, CiU), que ha negado sus votos a Enrique Barón en el Parlamento Europeo, impidiendo así que un español ocupe tan importante magistratura de las instituciones comunitarias?...
El gran argumento de los parlamentarios de la oposición es que en el Parlamento Europeo cuentan sólo las afinidades ideológicas y no las coincidencias nacionales.
¿Hicimos mal entonces los socialistas españoles al presentar la candidatura de Marcelino Oreja en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y conseguir no sólo que los socialistas del resto de los veinte países europeos no presentaran candidatura, sino alcanzar el objetivo de que la gran mayoría de ellos votaran a un español de derechas?
Muchas voces se alzan hoy en el PSOE y entre simpatizantes y votantes del PSOE, pidiendo mayor patriotismo de partido y menos ingenuidad frente a nuestros adversarios.
Sin embargo, creo sinceramente que hicimos bien promocionando a los Oreja, Piniés, Matutes y otros porque ello era y es bueno para la proyección internacional de España, aunque estemos íntimamente convencidos de que la derecha no actuó en el pasado, ni actúa ahora ni lo hará en el futuro con la misma altura de miras, a pesar de haberse atribuido desde siempre las competencias exclusivas en materia de patriotismo; el "España, lo único importante", lema electoral de una de las campañas de Alianza Popular. Por lo visto el martes 29 en Estrasburgo la Pérfida Albión (expresión acuñada también por la derecha) era preferible a la España roja.
La opinión pública, el electorado español, habrá extraído, sin duda, las conclusiones oportunas de lo ocurrido en el Parlamento Europeo el 20 de enero y pasará factura en su día a los autores del desafuero.
Luis Yáñez-Barnuevo es secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica.
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