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ESCÁNDALO EN WASHINGTON

El indulto de Hasenfus, un regalo envenenado para Reagan

El mercenario liberado hizo una escala en Guatemala antes de viajar a EE UU

JOSÉ COMAS, El indulto y la liberación de Eugene Hasenfus, el mercenario norteamericano que había sido condenado a 30 años de cárcel por los Tribunales Populares Antisomocistas (TPA), supone un triunfo para el Gobierno sandinista en su lucha por influir en la opinión pública de Estados Unidos en contra de una intervención en Nicaragua. Hubo lágrimas de Sally -la esposa de Hasenfus-, apretón de manos del presidente Daniel Ortega al mercenario y palabras de agradecimiento de éste y del senador Christopher Dodd, que pudo regresar a EE UU con un regalo navideño envenenado para el presidente Reagan.

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Hasenfas hizo una escala ayer en Guatemala antes de regresar a Estados Unidos acompañado de su esposa y del senador demócrata Cristopher Dodd. En esa ciudad, los tres viajeros fueron recibidos por el embajador estadounidense, en cuya residencia pernoctaron.El Gobierno sandinista se ha apuntado varios triunfos desde que el pasado 5 de octubre cayó derribado el avión que abastecía a la contra, del que sólo Hasenflus salió con vida.

Managua pudo poner de manifiesto la implicación de Estados Unidos en la guerra de agresión de los contras. La mala impresión que había podido dejar el proceso ante los tribunales especiales (TPA) ha quedado borrada ahora con el esperado indulto del preso, que había sido condenado a 30 años de cárcel por asociación para delinquir, terrorismo y delitos contra la seguridad del Estado.

El indulto de Hasenfus se discutió en la Asamblea Nacional, que lo aprobó por 69 votos a favor, dos en contra y una abstención. Un diputado comunista abandonó indignado el recinto parlamentario por lo que calificó de burla al pueblo y a la revolución. Diputados de la oposición derechista al sandinismo pedían que ese indulto se extendiera a los nicaragüenses que también han sido condenados por activi dades contrarrevolucionarias en procedimientos sumarios ante losTPA.

La línea divisoria

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La liberación de Hasenfus, según el comunicado oficial difundido en Managua, es "un gesto humanitario de la revolución sandinis ta y un mensaje al pueblo de Es tados Unidos de que Nicaragua quiere la paz".

En sus declaraciones ante la Prensa, Daniel Ortega estableció

una clara línea divisoria entre el Gobierno de Estados Unidos, "que no ha hecho ninguna solicitud de indulto, ni se ha preocupado por pedirlo", y el pueblo norteamericano que, a través de organizaciones opuestas a la política de Reagan para Nicaragua, pidieron el perdón para Hasenfus.

De esta forma, Ortega enfrenta a Reagan con la misma opinión pública norteamericana y, en un hábil gesto, hace coincidir la liberación-del mercenario con el cumpleaños de su hijo Adam y la proximidad de las fiestas navideflas.

Para que todo resulte redondo, el Gobierno sandinista concede la baza de la liberación de Hasenfus al senador demócrata Dodd, que en el futuro se encargará, de la subcomisión senatorial de Asuntos Hemisféricos en sustitución del ultraderechista republicano Jesse Helins. Además, el Gobierno sandinista conserva en reserva una nueva baza, la del presunto espía norteamencano recientemente detenido, con quien se podría repetir una operación similar a la de Hasenfas.

El mercenario liberado se ha convertido en el testimonio vivo, cara a la opinión pública de Estados Unidos, de la generosidad de la revolución sandinista, y servirá para echar más granos de arena en el engranaje de una eventual intervención norteamericana en Nicaragua, que ahora resultaría más dificil de justificar.

Ortega, en el, acto de liberación de Hasenfus, aludió al cumpleaños del hijo del mercenario, y dijo: "Le entregamos un buen regalo". El presidente nicaragüense añadió: "También es preciso recordarle al presidente Reagan que aquí en Nicaragua hay piños que tienen derecho a cumplir años sin las amenazas de muerte y mutilación permanente".

El presidente Ortega advirtió a Reagan y los asesores de su Administración de que no "cometan la locura, la acción terrible, de lanzar una invasión a Nicaragua, que significaría la muerte de jóvenes estadounidenses y más muertes para la juventud nicaragüense".

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