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Entrevista:

"La izquierda debe impulsar la reforma política de la CE", afirma Napolitano

"Es necesario trabajar para que la izquierda llegue a las elecciones del Parlamento Europeo de 1989 con un mayor grado de unidad", afirma Giorgio Napolitano, miembro de la secretaría del Partido Comunista de Italia (PCI), en el que es responsable de las relaciones internacionales. En sus declaraciones, efectuadas en Madrid, subraya la necesidad de un "compromiso europeísta para el relanzamiento y la reforma política de la CE", y considera que eso debe llevarlo adelante la izquierda, o "no lo hará nadie".

Giorgio Napolitano ha participado días atrás en Sigüenza en un coloquio sobre La izquierda europea, organizado por la Fundación Pablo Iglesias, con participación de representantes de formaciones socialistas y socialdemócratas europeas. Nacido en Nápoles en 1925 y comunista desde los 20 años, está considerado como el principal exponente del ala filosocialista del PCI. Afirma que no es correcta esta calificación, ya que siempre ha creído en la necesidad de trabajar "a favor de la unidad de las fuerzas de izquierda en Italia y en Europa, de superar la vieja di visión entre un ala socialista y un ala comunista del movimiento obrero y de la izquierda".Napolitano considera a los partidos socialdemócratas y socialistas como "las fuerzas más representativas en casi todos los países de Europa occidental". "Por eso", añade, "queremos trabajar con ellos, afrontando juntos problemas nuevos, buscando juntos respuestas nuevas, pero, ojo, debemos contemplar juntos a otras fuerzas sociales y culturales de orientación progresista".

Pregunta. Usted es partidario de avanzar hacia un plataforma común de la izquierda en Europa ¿sobre qué bases?

Respuesta. Es necesario trabajar para que la izquierda llegue a las elecciones europeas de 1989 con un mayor grado de unidad. Esto, a mi juicio, debe significar algún compromiso común. Que las fuerzas de la izquierda europea estén unidas en la búsqueda de algunos objetivos comunes: ante todo, los que lleven a un progreso sustancial hacia la unión política de la Europa occidental. Creo que que este compromiso europeísta para relanzar la reforma de la Comunidad Europea hacia la unión política o lo llevan adelante las fuerzas políticas de la izquierda o no lo hace nadie.

La 'vieja división'

P. ¿Cúal es la actitud de los partidos socialistas sobre la superación de la vieja división y sobre el diálogo con un partido, el comunista, relegado al gueto durante la guerra fría?R. En estos últimos meses, desde que he asumido la responsabilidad de la política internacional en el PCI tras el congreso de abril, he mantenido numerosas relaciones con varios partidos socialistas y laboristas europeos. Debo decir que esos partidos consideran totalmente, natural y positivo el diálogo y la colaboración con los comunistas italianos. Nosotros hemos llegado a comprender mejor el valor de las políticas reformistas y las experiencias de gobierno de las grandes democracias europeas de los años treinta a los años sesenta. Y ya con el eurocomunismo, hace 10 años, tomamos distancias de la forma más neta con el modelo soviético.

P. ¿Qué queda del eurocomunismo?

R. De las ideas del eurocomunismo queda mucho. Ciertamente, debemos decir que no ha tenido éxito en los intentos que entonces fueron emprendidos y en dar nuevo impulso, sobre la base de esas ideas, a los partidos comunistas en Europa occidental; pero hemos desarrollado las ideas del eurocomunismo, la idea de una plena identificación de la batalla socialista con el desarrollo coherente de las tradiciones politicas culturales y democráticas de la Europa occidental.

P. ¿Ha habido un paso atrás en el terreno del desarme tras la cumbre de Reikiavik?

R. En Reikiavik no se alcanzaron acuerdos y no creo que se llegase siquiera a dar un solo paso hacia compromisos efectivos. Sin embargo, es cierto que en Reikiavik se abrieron posibilidades concretas muy significativas. Ahora se trata de ver si el clima de las relaciones entre EE UU y la URSS se está complicando hasta tal punto que hace difícil la concreción de esas posibilidades. En este momento es difícil decirlo, porque la Administración republicana se encuentra en desbandada.

P. ¿Se puede hablar de una nueva era, la de Gorbachov, en la Unión Soviética?

R. Se puede hablar de un liderazgo que presenta grandes novedades respecto al pasado y que persigue una línea de cambio. Pero las dificultades y las resistencias a ello son grandes y todavía no s e puede decir que esta línea de cambio se haya concretado y consolidado plenamente.

P. ¿Ello afecta también a las relaciones PCUS-PCI?

R. Las relaciones entre ambos partidos, ciertamente, se benefician de una actuación más abierta por parte soviética en el sentido de aceptar, como un dato real, las profundas divergencias sobre la concepción y posturas de ambos partidos.

P. ¿Qué ha cambiado en el PCI de Berlinguer a Natta?

R. No encuentro bien fundada la pregunta, dado que han pasado dos años desde la muerte de Berlinguer y muchas cosas han cambiado objetivamente en ese plazo de tiempo, y probablemente incluso con Berlinguer la política del PCI habría tenido desarrollos nuevos. Por ejemplo, no dudo de que, incluso con Berlinguer, habríamos llegado a la opción de calificar al PCI como parte integrante de la izquierda europea, superando las viejas barreras ideológicas.

Gobierno de programa

P. ¿Está superada la crisis en Italia de la fórmula del Gobierno pentapartido?R. Estamos convencidos de que el pentapartido se ha desgastado y de que su continuidad responde a un puro cálculo de conveniencias que constituye un factor de entumecimiento y deformación de la vida política italiana. Es necesario ahora partir de un debate sobre el programa de gobierno con todas las fuerzas democráticas, y, particularmente, de un nuevo esfuerzo de acercamiento entre las fuerzas de izquierda y progresistas. Al mismo tiempo, estamos dispuestos a llegar rápidamente a conclusiones concordantes sobre la reformas institucionales, e incluso a algunas modificaciones de la ley electoral.

P. Todo esto, ¿con o sin el PCI en el Gobierno?

R. Para las reformas institucionales estamos dispuestos a cualquier acuerdo, incluso permaneciendo en la oposición, para que las soluciones resulten aceptables y válidas.

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