La protesta estudiantil despierta en las universidades italianas

Los estudiantes italianos han empezado a despertar para protestar contra un proyecto de ley universitaria presentado por el Gobierno al Parlamento. Según la juventud italiana, sobre todo la comunista, el proyecto se parece mucho a la ley del ministro francés Alain Devaquet, que puso en pie de guerra a los estudiantes de aquel país.

Y para estudiar una forma de lucha contra el proyecto, ayer se celebraron asambleas en más de 20 universidades italianas, aunque en algunas facultades, como la de Arquitectura de Venecia y la de Letras de Pisa, los estudiantes permanecían en asamblea permanente desde hace más de una semana.

En Palermo, el lunes pasado, los universitarios boicotearon la inauguración del curso académico, presidido por el ministro de Bienes Culturales.

Una de las características de las nuevas protestas estudiantiles, que abrazan tanto las escuelas como los colegios universitarios, es que ya no se agrupan porideologías, sino por problemas muy concretos. Por lo que se refiere a la Universidad, el problema de fondo es el nuevo proyecto de ley preparado por la democristiana Franca Falcucci, ministra de Educación, blanco desde hace un año de las iras de todos los estudiantes. Según los jóvenes, el nuevo decreto en realidad conducirá a una especie de semiprivatización de la Universidad, con una gran elevación de las tasas universitarias, y sobre todo a un rígido criterio de selectividad.

El presidente del Gobierno, el socialista Bettino Craxi, ha tenido que defender, aunque sin entusiasmo, a la ministra Falcucci en el Parlamento para evitar una crisis de Gobierno.

Sin embargo, el problema se está convirtiendo en político, porque los democristianos no pueden dejar de defender a la ministra Franca Falcucci, católica practicante y amiga del Vaticano, a quien la izquierda acusa de haber llevado a cabo, bajo mano, un acuerdo favorable a la Iglesia en el problema de la enseñanza de la religión en las escuelas.