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La obra de García Lorca sigue creciendo

Victoria de los Ángeles canta hoy al poeta en la presentación de sus 'Obras completas'

Las Obras completas de Federico García Lorca han engordado hasta casi el doble en el medio siglo que hace que mataron al poeta. Desde las 1.700 páginas, en un volumen, de la primera edición de la editorial Aguilar, en 1954, hasta las 3.500 que suman los tres volúmenes de la vigesimosegunda. Una edición que se pretende exhaustiva, al incorporar los Sonetos del amor oscuro, 60 nuevas cartas, alguna pieza nueva para títeres y los últimos manuscritos de los archivos de la familia, y que será cantada esta noche en el teatro María Guerrero, de Madrid, por Victoria de los Ángeles, acompañada al piano por Manuel García Morante.

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Compilador y cuentista

García Lorca era un poeta muy activo, más bien perezoso para enviar textos a la imprenta, y su letra, de largas patas de cigüeña y altas eles como jirafas, no se dejaba copiar fácilmente. Ello hizo que, cuando le fusilaron, buena parte de su obra, la dispersa, estuvo a punto de perderse. Aún no se habían publicado Yerma, La zapatera prodigiosa ni Así que pasen cinco años. Tampoco Poeta en Nueva York ni El diván del Tamarit. En el desorden de la guerra y el deseo de un bando de hacer olvidar al poeta, o al menos hacer olvidar su asesinato, no parece novelería decir que se pudo haber perdido algún manuscrito importante.No se trata de mera especulación: desde unas primeras Obras completas publicadas por Losada en Buenos Aires, reunidas por el lorquista y amigo Guillermo de Torre, no han cesado de aparecer nuevos manuscritos, en parte entregados por la familia, que los conservaba en sus archivos.

Por ejemplo, el volumen dedicado a poesía de esta edición del cincuentenario (los otros dos reúnen teatro y prosa) suma 1.134 páginas, en tanto que la edición anterior (1980) tenía 834. Esas 300 páginas de más son los poemas que se han dado en llamar Suites y, además de otros versos, los Sonetos del amor oscuro, inéditos durante años, al parecer, por el deseo de ocultar la homosexualidad de García Lorca. En el supuesto de que existiera este deseo, era una pretensión inútil, opina Arturo del Hoyo compilador de la edición, pues esa homosexualidad queda clara para el lector atento en El diván del Tamarit.

El volumen de teatro incluye un guión del poeta para una película, Viaje a la Luna, que escribió durante su estancia en Nueva York, en el conciso estilo de los guiones de Buñuel. También Los sueños de la prima Aurelia, unapieza inacabada de poco más de 30 páginas, del estilo de Doña Rosita la soltera. Al parecer, dice Del Hoyo, Lorca se proponía realizar con varias crónicas de este tipo un retrato de la vida granadina.

La niña y la albahaca

La publicación de las dos versiones de La zapatera prodigiosa muestra las aspiraciones de esta edición del cincuentenario. Como es sabido, existe una versión, de 1930, que se considera más perfecta y que es la que se suele publicar. Y existe otra, de 1933, que es la que se suele representar: Lorca hubo de alargar la primera para que pudiera durar lo que suelen durar las funciones en un teatro comercial.

Completan el teatro una pequeña pieza para títeres, La niña que riega la albahaca; otra incompleta, El principe preguntón, y una inconclusa, Lola la comedianta, operita que García Lorca ideó con Manuel de Falla y que no llegó a terminar.

Cartas y entrevistas

Sesenta nuevas cartas, 10 entrevistas con el escritor y prosas primerizas se añaden en el volumen de prosa, que es el que publica partituras, musicales y una selección de dibujos, "básicamente para dar una idea de los múltiples intereses de Lorca", dice Del Hoyo. Ahora se conocerán también las versiones íntegras de textos de los que sólo se tenía noticia periodística o indirecta. Por ejemplo, sus conferencias Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre y Sketch de la nueva pintura, así como una alocución en Fuente Vaqueros y tres emisiones radiofónicas con destino a Buenos Aires y revolucionarias en su tiempo.

Arturo del Hoyo se propuso desde la edición de 1952, además de completar y mejorar aquella edición argentina, defender la obra de un autor, "no sólo asesinado sino puesto en entredicho".

Las sucesivas ediciones de las Obras completas han motivado la aparición de más manuscritos, que han hecho necesarias otras ediciones.

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