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Castelao, entre la literatura y la política

Congreso en Santiago de Compostela sobre el nacionalista gallego

Quinientas personas se reunieron en un congreso en Santiago para debatir, a lo largo de la semana pasada, la figura artística y política del galleguista Alfonso Daniel Rodríguez Castelao (Rianxo, 1886-Buenos Aires, 1950), considerado unánimemente como el padre de la nación gallega, de obligada referencia del nacionalismo en Galicia.

La reunión fue convocada por la Fundación Castelao, la universidad compostelana y la Xunta, con motivo de haber declarado ésta 1986 año de Castelao, al cumplirse el centenario de su nacimiento. El congreso se clausuró ayer en su localidad natal.Historiadores, profesores de arte, amigos del autor de Os dous de sempre, políticos y estudiantes abordaron a través de cuatro ponencias y unas 90 comunicaciones todos los aspectos de este polifacético gallego que, además de político, fue pintor, dibujante, literato, humorista y, ocasionalmente, actor de cine. Hubo además dos exposiciones.

Como artista plástico, sus obras de mayor impacto fueron los -álbumes de dibujo en torno a la guerra civil: Milicianos, Galicia mártir y Atila en Galicia. Castelao, según la profesora Victoria Carballo, evolucionó artísticamente al mismo ritmo que en su ideología. "Empieza siendo modernista", dice, "y a este período corresponde el libro Cousas da vida. El álbum Nos marca su evolución hacia el expresionismo, con el que entró en contacto en su viaje a Alemania en 1921".

Como literato, es difícilmente encuadrable dentro de las coordenadas estéticas de su tiempo. No evolucionó como en su pensamiento político o arte plástica, piensa el profesor Anxo Tarrío. "Lo más destacable de su obra literaria", asegura, "es la nueva concepción que del lector introdujo".

Victoria Carballo y Anxo Tarrío coinciden en que el autor de Os vellos non deben de namorarse subordinaba, en su última etapa, el arte de sus obras a las ideas políticas.

Alfonso Daniel Castelao es quizá hoy más conocido por su actividad política que por la artística. Evoluciona desde posiciones mauristas al nacionalismo. "Sus ideas en favor de las clases populares estaban ya en germen en su obra artística", señala el historiador José Antonio Durán.

"Castelao era un populista de izquierdas", dice Justo González Beramendi, "que aspiraba a que todo el pueblo se mantuviera unido, proyectando el desarrollo económico de Galicia, fundamentalmente, en base a cooperativas agrícolas".

Por lo demás, propugnaba una confederación ibérica de naciones en la que se incluyese a Portugal. El Estado central sólo tendría las competencias de Asuntos Exteriores, Defensa y Macroeconomía, y los federados, todas las demás. A pesar de haber apoyado el estatuto de autonomía de 1936, "Castelao no fue autonomista; lo aceptó como un paso previo al federalismo que defendía", apunta González Beramendi.

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