El crecimiento en los 'doce' no reducirá el paro, según el informe de la Comisión Europea
La reducción del nivel de desempleo "significativa y duradera en un período de varios años" es el objetivo número uno marcado en el informe anual para 1986 y 1987 elaborado por la Comisión Europea y que por primera vez incluye a España como miembro de la Comunidad. Este informe fue presentado ayer en Madrid por Michael Emerson, director de análisis y políticas macroeconómicas en la Dirección General II de la Comisión Europea, en un acto que contó con la presencia del comisario Peter Sutherland.
Según el análisis del órgano ejecutivo de la Comunidad Europea (CE), el crecimiento económico de los doce continuará por sexto año consecutivo (5,5% sobre el PIB en 1986; 2,7% en 1987), aunque éste no va a servir para invertir de forma notable el crecimiento del desempleo. La paulatina reducción de la inflación y una considerable mejora del comportamiento de las balanzas de pagos ofrecen a la Comunidad para los dos próximos años, según los redactores de este informe, "una oportunidad única que es importante aprovechar".El índice medio de inflación en los 12 países comunitarios, según el informe de la comisión, pasará del 3,7% este año al 3% en 1987, niveles "desconocidos desde hace dos décadas". Ayer se conocía el comportamiento de la inflación en el último mes de octubre en la CE, que arroja el nivel más bajo de los últimos 19 meses (un 3,1%), y con tres países -República Federal de Alemania, Holanda y Luxemburgo- que presentan ya una tasa de inflación negativa. España, en términos anuales, presenta una inflación del 9,3%, sólo superada por la de Portugal (11,4%), y la de Grecia (21,9%).
El informe comunitario pone de manifiesto que, a pesar del comportamiento positivo del entorno internacional -descenso de los precios del petróleo, normalización del cambio del dólar o baja de los tipos de interés-, existen graves riesgos de que puedan variar los vientos favorables para consolidar ese "débil crecimiento". Esos riesgos son resumidos, según el organismo comunitario, en cuatro bloques:
1. Que se produzca un nuevo descenso significativo del dólar o de los movimientos de cambio incontrolados.
2. Que haya un proceso de ajuste insuficiente o inapropiado en Japón y en Estados Unidos, que podría acarrear, como consecuencia, un nuevo rebrote del proteccionismo, una recesión en la nación norteamericana o incluso un recrudecimiento de la inflación,
3. Que se registre una variación importante de los precios del petróleo.
4. Y por último, que se agrave la situación de los países en vías de desarrollo.
A pesar de que, según las previsiones corriunitarias, va a continuar una moderada recuperación económica en 1986 y 1987, ésta no va a ser suficiente para originar una reducción sensible y duradera del paro. A pesar de que en ese período se prevé una mejoría del 0,8% en la creación de empleo, el progresivo crecimiento de la población activa dará como resultado que el nivel de parados apenas baje en la CE. Del 12% registrado en 1985 se pasara al 11,9% a finales del año actual, y al 11,7% en 1987
Según ese análisis, un recorte notable, en la tasa de paro sólo se puede conseguir con un crecimiento económico situado entre el 3% y el 3,5% anual, aunque siempre que se pongan en práctica políticas destinadas a convertirlo en un crecimiento más generador de empleo. Según los expertos de la Comisión, sin una drástica variación en los comportamientos y en las políticas, el índice de paro en la CE en 1990 seguirá por encima del 10%.
Aumentar las inversiones
La demanda interna y las inversiones en bienes de equipo han sido, en los últimos meses, dos de los pilares sobre los que se ha asentado esa débil recuperación económica. De cara al futuro, se señala que las inversiones van a tener una importante repercusión en el crecimiento de la economía.
La participación de las inversiones en la formación del producto interior bruto debería aumentar aproximadamente un 3%. De esta forma se lograría superar la situación actual, en la que su participación se encuentra casi cuatro puntos por debajo del nivel registrado en los años sesenta. Se insiste asimismo en la necesidad de incrementar las inversiones públicas, reducir los gravámenes sobre sueldos y rentas, las cotizacioens sociales, así comó las cargas salariales.
El informe aboga por profundízar en el diálogo entre los interlocutores sociales, mantener la moderación salarial hasta que no se hayan registrado logros importantes en la lucha contra el paro, y destaca la conveniencia de reducir la jornada laboral sin que suponga repercusión en los costes.
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