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La guerrilla salvadoreña considera que mantiene intacta su fuerza

El líder del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), Jorge Schafik Handal, está convencido de que "la guerrilla no ha retrocedido ni ha perdido fuerza" en su país. Schafik asistió en Managua a los actos conmemorativos del 25º aniversario del Frente Sandinista. Schafik es miembro de la Comandancia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la organización guerrillera donde los comunistas salvadoreños están integrados con otros cuatro grupos. "El FMLN es cada día más unitario", insiste Schafik.

Esta conversación, mantenida en Managua se celebró al alimón con Guillermo Ungo, presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR), la organización política unida a la guerrilla del FMLN, y con la presencia muda de Ana Guadalupe Martínez, dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), otro de los grupos guerrilleros salvadoreños."Pasamos de operar con unidades casi regulares a otras muy pequeñas, que se extendieron por todo el territorio. Hemos logrado plenamente nuestro objetivo de incrementar el desgaste de la fuerza del ejército gubernamental. El promedio de bajas que causamos es más elevado ahora. El Gobierno ha respondido con un nuevo planteamiento táctico de sus fuerzas sobre la retaguardia y nos plantea formas de lucha que no se traducen en grandes campamentos".

No cree Schafik que con los desplazamientos de población el Gobierno haya conseguido quitarle el agua al pez, es decir, privar a la guerrilla de las masas entre las que se movía.

Uno de los aspectos más brutales de la guerra de El Salvador son las amputaciones por las minas colocadas por el FMLN. Esto ha originado una fuerte campaña contra ellas. Pero Schafik las considera imprescindibles y explica que el ejército las utiliza mucho más que ellos.

Según el dirigente guerrillero, no sólo ellos ponen minas. "El ejercito las utiliza mucho más que nosotros. Nosotros utilizamos minas operativas, pero no utilizamos campos minados permanentemente. Las utilizamos en campos móviles, de forma que los márgenes de accidente de la población civil se reducen. Siempre se producen accidentes, pero no siempre son del FMLN".

Para Schafik, la campaña propagandística obedece a la razón fundamental de que "son un arma que apunta al corazón de su estrategia", porque "la clave en el incremento del ejército de El Salvador fueron los incentivos económicos para soldados y oficiales. Hay un volumen de dólares que permite enriquecerse a los jefes y ofrece a los soldados perspectivas de carrera mucho mayores que fuera del ejército. Si llegas a oficial te haces rico". Esto se impide con las minas, porque "el oficial que va a hacer esa brillante carrera tiene que patear el terreno. Si tropieza con una mina, ahí se acaba su carrera. ", resume Schafik. Este año se han producido ya 2.000 lisiados, y, opina el dirigente guerrillero, "esto desestimula y estimula la deserción y la resistencia de los soldados a los reenganches. Esto obligó al Gobierno a recurrir a la ley del servicio militar obligatorío".

"La mina va dirigida al corazón del plan contrainsurgente, que está basado en el estímulo económico", añade Schafik. "Quisieran desarmarnos de las minas, que es un arma popular y reduce el gasto de munición, que hemos bajado al mínimo. Desarmarnos de las minas sería dejarnos en desventaja; además, la mina permite incorporar a miles de combatientes que no están incorporados regularmente: es la guerrilla secreta, que puede utilizar fácilmente un arma popular y fácil de construir'.

El terremoto registrado hace un mes en El Salvador, según Ungo, "agudiza y agrava los problemas, y sus efectos serán mayores con el paso del tiempo. Se hace mucho más necesario el diálogo y la búsqueda de una solución política". Piensa que Duarte "no puede negociar nada ya que la Administración de Reagan no quiere, el alto mando del ejército tampoco y la derecha económica tampoco".

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