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Preocupación de Marruecos por lo que pueda ocurrir durante los actos reivindicativos

El Gobierno de Marruecos expresó ayer al de España su preocupación por lo que pueda ocurrir durante el cierre de comercios de cuatro días de duración que inicia hoy el colectivo musulmán de Melilla y la manifestación prevista para el próximo día 22, según manifestó el embajador español en Marruecos, Raimundo Bassols. El embajador fue llamado a consulta en la tarde de ayer al Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores, cuyo titular, Abdelatif Filali, le advirtió sobre las consecuencias negativas que puede tener la actual situación en Melilla.El cierre de comercios coincide con cuatro días feriados del calendario laboral marroquí, representativos cada uno de ellos de solemnes aniversarios religiosos y políticos, estos últimos relacionados con la independencia y la unidad territorial del país. El partido de oposición Istiqlal ha lanzado un nuevo mensaje sobre la situación de Melilla en el que pide al Gobierno de Marruecos que negocie con España.

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El primer día de huelga coincide con la festividad del mulud, importante fiesta religiosa en la que se conmemora el nacimiento de Mahoma. Es una fiesta de eminente contenido religioso pero también un día de reunión familiar. Desde anoche son muchas las personas que han decidido reunir a sus familias en uno y otro lado de la frontera para celebrar esta efeméride.

El propio dirigente de los musulmanes melillenses, Aomar Mohamedi Dudú, expresó en días pasados su intención de celebrar hoy esta fiesta en territorio marroquí.

Los tres días restantes de huelga se ajustan a otras tantas fiestas políticas de importante significación en Marruecos donde se les denomina los tres días gloriosos, porque conmemoran los pasos dados en 1955 por el rey Mohamed V, padre de Hassan II, a su vuelta del exilio en Madagascar.

Estas coincidencias vuelven a confirmar el cambio de rumbo que se observa progresivamente en la situación de la comunidad musulmana de Melilla, iniciada con la visita del propio Dudú en Rabat y después con la proclamación del carácter árabe, musulmán y magrebí de la ciudad. El Istiqlal pidió ayer al Parlamento de Rabat, en relación con la huelga, que todos los diputados expresaran su solidaridad "con sus hermanos del interior de Melilla", a quienes definió como "víctimas del terror de la política colonial española".

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Por otra parte, la Unión Constitucional, partido mayoritario en el Parlamento marroquí, pidió ayer un debate político hispano-marroquí sobre Ceuta y Melilla, en una declaración de Maati Buabid, presidente del partido, hecha pública en Rabat, según informa la agencia Efe.

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