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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En el final era el Verbo

La industria del cine, que hasta hace 30 años reinaba en solitario sobre las masas humanas ávidas de espectáculo como gran abastecedora de la demanda de imaginación visual, perdió poco a poco la soledad de su trono y tuvo que compartirlo con otras ofertas de espectáculos mucho peores pero de consumo más cómodo, la televisión, y, ahora, ese seudocine degradado por la soledad del receptor que es el vídeo.La primera consecuencia de esta conmoción fue la desertización de las salas de proyección, y la segunda, como forma de contrarrestar la huida del público, la caza y captura de espectadores desertores al precio que fuere. Esto ha desatado una oferta compulsiva de cine de diversión. Ya que el espectador se encierra en su casa, los estimuladores de la demanda de cine rebuscan recursos para sacarle de ella mediante una oferta abrumadora de cine de goce, de gratificación en forma de película. Y así ha sido como del cine actual se ha desterrado todo lo que no sea lúdico, todo lo que no sea distracción.

Sacrificio

Director y guionista: Andrei Tarkovski. Fotografía: Sven Nykvist. Montaje: A. Tarkovski. Música: Juan Sebastián Bach y melodías tradicionales suecas y japonesas. Productora: Anna-Lena Wibom, para Swedish Fílm Institute. Suecia, 1986. Intérpretes: Erland Josephson, Susan Fleetwood, Valerie Mairesse, Allan Endwall, Gudrun Gisladottir, Sven Wollter, Filippa Franzen y Tommy Kjellqvist. Estreno en Madrid: cine Rosales.

De tarde en tarde surge algún filme que nos recuerda que, además de juego, el cine ha sido y necesita seguir siendo otra cosa no incompatible con aquélla: indagación visual metafísica, representación de los enigmas inconmovibles que reposan bajo lo que le sucede a esa especie animal llamada humana. La promesa, de Yoshida, es una de estas llamadas; El viaje a ninguna parte, de Fernán-Gómez, es otra.

Y Sacrificio, filme sueco del cineasta ruso Andrei Tarkovski, es igualmente de esta estirpe de películas que devuelven a la mirada contemporánea las tonalidades que engendraron las pasiones por lo profundo que antaño distinguieron al cine de Mizoguchi, Dreyer, Buñuel, Murnau, Rossellini o Welles. Un reto, desde lo efímero, a la eternidad.

Las verdades ecuménicas

Sacrificio es la representación de un austero ritual en forma de plegaria, del desigual diálogo del hombre con la terrorífica elocuencia del silencio de Dios. En este ritual, Tarkovski, herido en algún hospital de Europa por un cáncer, convoca, a través de esa forma trágica por excelencia que es la representación de la Pasión, del sacrificio en sentido bíblico, a la única tabla de salvación que logra flotar en los naufragios de la historia: la palabra en sentido evangélico, el Verbo. Y lo hace a través de una apasionada llamada a lo que William Faulkner enunció como condición indispensable para que la voz humana prevalezca sobre la presión de la mudez de la naturaleza: que esa voz del hombre vuelva a nombrar las viejas realidades primordiales, las antiguas verdades ecuménicas, universales.Filme de genio por su gravedad y dificultad, cargado de densidad conceptual y portador de un grito no estridente de desesperado optimismo, despojado por completo de eso que llamamos acción y lleno hasta rebosar de lo contrario, de pasión, deben abstenerse de contemplar Sacrificio quienes crean que el cine es sólo juego o distracción, pues ante su vertiginoso remanso sentirán tedio, cuando no rechazo.

Pero quienes crean que, además de gratificar con su capacidad fabuladora de ficciones divertidas, el cine tiene dentro recursos de respuesta para los grandes enigmas humanos y que estos recursos son tan penetrantes que pueden equiparar su poder expresivo con el de las plumas de Strindberg, Kafka, Eliot, Unamuno o Beckett, no deben dejar de asistir a esta misa panteísta de Tarkovski que reconcilia al arte del cine con algunos de sus riesgos extraviados en las urgencias de su industria.

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