En 1988 habrá que hacer grandes inversiones en térmicas de carbón o en nucleares, según Industria
El secretario general de la Energía, Fernando Maravall, manifestó ayer que en 1988 será necesario iniciar un nuevo ciclo de grandes inversiones para construir nuevas centrales térmicas de carbón o terminar alguna de las nucleares sujetas a moratoria. En la minería de carbón se llevará a cabo una reestructuración de gran parte de las explotaciones para rentabilizar y modernizar el sector.Maravall hizo una exposición detallada del sector energético español ante la Comisión de Energía del Parlamento Europeo, que celebró su sesión en Madrid, en la sede del Congreso de los Diputados, en homenaje simbólico al ingreso de España en la CE. En la misma reunión, el ministro de Industria, Luis Carlos Croissier, señaló que la política energética española se adapta a las recomendaciones de la Comunidad Europea, aunque aún se mantienen grandes distancias en dependencia del petróleo, ahorro energético y gas natural.
En los últimos años, señaló el ministro, se ha logrado "reducir la vulnerabilidad de los abastecimientos energéticos" y aumentar "la eficiencia en el uso de la energía". Se mantienen, sin embargo, algunas diferencias, como la baja participación del gas natural en el conjunto de la energía primaria. El Gobierno tiene el objetivo de duplicar esta baja tasa, del 3,7%, de aquí a 1990. Asimismo, se está trabajando "en un proyecto hispano-portugués para enlazar con la red europea de distribución de gas".
Política de precios
Los precios energéticos seguirán una "línea paralela a los precios internacionales". Esta afirmación del secretario general de Energia, que parece traducirse en incrementos sustanciales, se verá amortiguada por "los estímulos adicionales al ahorro y conservación de la energía".La moratoria nuclear fue adoptada por el Gobierno por exceso de capacidad instalada. En 1983 había demasiadas obras en curso de centrales nucleares, que habían producido "agudos problemas financieros". Los datos de crecimiento de la demanda en torno al 3,5% y los progresos en ahorro energético avalan el pronósticio de que no harán falta nuevas instalaciones hasta 1992. Pero, por el largo plazo de construcción requerido, "en 1988 el sector eléctrico deberá reiniciar un ciclo inversor importante para construir nuevas térmicas de carbón o concluir algunas centrales nucleares sujetas a la moratoria".
En cuanto al carbón, "Industria seguirá la línea de modernízación y reestructuración de gran parte de la minería". También se contempla implantar un nuevo sistema de compras de carbón, sustituyendo el intervencionismo de la Administración que representa el actual sistema de asignación por contratos a medio plazo, de 10 años posiblemente, firmados entre las empresas. Esta "Iíberalización" persigue "potenciar las explotaciones más rentables y con futuro, pero no incluir las minas casi agotadas o sin rentabilidad".
La política del ministerio va dirigida a mantener el empleo en la minería subterránea, a potenciar las exploraciones y la renovación tecnológica y a reforzar la seguridad minera.
Para el sector de hidrocarburos, las medidas son reforzar la presencia de las empresas españolas en los mercados internacionales y garantizar la seguridad y diversificación de los abastecimientos. El plazo de seis años para adaptar el monopolio petrolífero a la política comunitaria permite, según Maravall, "liberalizar progresivamente este sistema de comercio".
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