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REORGANIZACIÓN DEL MINISTERIO DE INTERIOR

Destituidos un militar demócrata, un policía y un 'duro' antiterrorista

El Ministerio del Interior destituyó ayer a Julián San Cristóbal como director de la Seguridad del Estado y a Rafael del Río como director general de la Policía. Para el próximo Consejo de Ministros está previsto que el teniente general José Antonio Sáenz de Santa María abandone igualmente la Dirección General de la Guardia Civil. Los tres han tenido responsabilidades en la lucha antiterrorista.

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Julián San Cristóbal Iguarán hasta ayer director de la Seguridad del Estado, nació en Bilbao el 24 de noviembre de 1952. Casado y con un hijo, es economista e ingresó en el PSOE en 1973; llegó a formar parte de la dirección del partido socialista en el País Vasco. San Cristóbal era director de la Seguridad del Estado desde el 9 de febrero de 1984, cuando sustituyó a Rafael Vera con la misión del control exclusivo y la coordinación de las fuerzas de seguridad.Hasta entonces, y desde el 16 de diciembre de 1982, San Cristóbal era gobernador civil de Vizcaya, cargo al que fue aupado por el dirigente vizcaíno Ricardo García Damborenea. Su gestión ganó fama de "dura" y "clásica" y fue contestada frecuentemente por organizaciones políticas, sociales y ciudadanas vizcaínas. Durante esta etapa, coordinó la actuación de los cuerpos de Seguridad en Vizcaya, donde radicaba también el Mando único para la Lucha Contraterrorista.

En febrero de 1984 fue nombrado director de la Seguridad del Estado, en cuyo cargo ha estado al frente de la coordinación de la lucha antiterrorista. Los diferentes sistemas y métodos para abordar esa labor contra el terrorismo ha sido uno de los aspectos que, según fuentes de Interior, ha originado tensiones en los últimos meses entre San Cristóbal y Rafael Vera, nombrado ayer secretario de Estado del departamento del Interior. Fracasos en la búsqueda del llamado comando España o los más, recientes errores en la identificación de los integrantes de dicho comando de ETA han incrementado esas tensiones.

El teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, que será sustituido la semana próxima al frente de la Guardia Civil, tiene 66 años de edad y ha sido uno de los generales que más se distinguió en los años de la transición política por su fidelidad al sistema democrático.

En los últimos diez años de su carrera profesional, ha ocupado los destinos considerados como más comprometidos para un militar del Ejército de T¡erra: jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, jefe de la Policía Nacional, delegado especial de Seguridad para el País Vasco, capitán general de Valladolid y Barcelona, y director general de la Guardia Civil desde 1983.

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Cambio de imagen en la policía

Sáenz de Santa María fue considerado en 1980 como el general que logró cambiar la imagen pública de la Policía Nacional, que en la sociedad española era identificada con las fuerzas policiales represoras de las manifestaciones en los últimos años del franquismo. En sus destinos relacionados con cuerpos de seguridad, este general ha formado parte de los equipos que han dirigido la lucha antiterrorista en España. Durante el frustrado golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Sáenz de Santa María rodeó el Congreso de los Diputados con compañías de la Reserva de la Policía Nacional y participó activamente para que los sublevados depusieran su actitud.

En el posterior juicio a los golpistas, el hecho de que Sáenz de Santa María comparara la intentona con el secuestro de un avión provocó la más airada reacción de Jaime Milans del Bosch.

En noviembre de 1984, el Gobierno decidió mantenerle al frente de la Guardia Civil, a pesar de que, por razón de edad, tenía que pasar un mes después a la llamada Reserva Activa. La reciente destitución del general Andrés Cassinello como jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil le ha afectado muy profundamente, según sus compañeros, ya que Cassinello ha sido su más directo colaborador durante los últimos siete años.

Rafael Luis del Río Sendino, nacido en Palencia el 26 de septiembre de 1940, ocupó hasta la decisión de ayer del Consejo de Ministros la Dirección General de la Policía. Él mismo se califica como un "profesional" y toda su carrera ha estado vinculada a la policía. Ingresó en este Cuerpo en 1962 y en 1980 fue ascendido a Jefe Superior de Valencia. Dos años más tarde fue trasladado a Barcelona y de ahí a la Dirección General.

Del Río aseguró ayer que se esperaba su destitución, "ya que había acabado mi compromiso, que radicaba en la elaboración y aprobación de la Ley Orgánica de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad".

Nombramiento acertado

Respecto a la designación de José María Rodríguez Colorado, hasta ayer delegado del Gobierno en Madrid, al frente de la Policía, Rafael del Río consideró "acertado" el nombramiento. "Yo creo que es positivo que una persona ajena al Cuerpo de Policía ocupe la dirección del mismo", dijo.

Según la ley orgánica, el Cuerpo Nacional de Policía se compone de personas provenientes de otros Cuerpos -el Superior y el de Policía Nacional- con distintos intereses. "Me parece bien que el nuevo árbitro sea alguien ajeno a estos Cuerpos", añadió.

Del Río anunció ayer que continuará ligado al Ministerio del Interior. "Barrionuevo me ha ofrecido diversos destinos, que tengo que estudiar", añadió sin querer aclarar cuales.

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