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60 dibujos de Joan Miró, expuestos por primera vez

Más de 100 esculturas completan la muestra inaugurada en el Centro de Arte Reina Sofía

Una exposición dedicada a la creación escultórica de Joan Miró (1893-1983), representada en 104 trabajos de primer orden, fue inaugurada anoche en el Centro de Arte Reina Sofía en un acto presidido por la Reina y al que asistieron la hija del artista, Dolores Miró, y numerosas personas vinculadas a las artes plásticas. Las esculturas están acompañadas de unos 60 dibujos preparatorios que se exhiben por vez primera al público. La muestra permanecerá abierta hasta el 18 de enero y será trasladada después a la Fundación Miró de Barcelona y al Museo Ludwig de Colonia. Las piezas proceden de colecciones públicas y privadas, y algunas de ellas se exhiben al público por primera vez.

Gloria Moure, crítica de arte, es la comisaria de esta exposición, con la que se da a conocer la vertiente creativa más desconocida de Joan Miró, presentada durante la mañana de ayer a los medios de comunicación. Para explicar los objetivos de la muestra y la aventura que ha supuesto su realización, estuvieron también el arquitecto Oriol Bohígas, responsable del diseño de la exposición, y Miguel Satrústegui, director general de Bellas Artes. Al final de la presentación de la exposición Miró, Bohígas y Satrústegui manifestaron públicamente sus diferentes puntos de vista (el primero, en contra, y el segundo, a favor) en torno al Centro de Arte Reina Sofía.El recorrido por las salas que ocupan las esculturas de Miró estaba encabezado por la única hija del artista, Dolores Miró Juncosa, quien explicaba en voz muy baja que su madre, Pilar Juncosa, no había podido viajar a Madrid por encontrarse enferma, y que ella estaba totalmente emocionada: "La exposición es maravillosa. No puede, estar más feliz y contenta".

Mientras el grupo de visitantes atravesaba el túnel de plástico que cruza el jardín del edificio, construido, según explicó Oriol Bohígas, para que los visitantes puedan resguardarse del frío, Gloria Moure explicaba que ha tardado dos años y medio en reunir las piezas que nutren la exposición, y resumía los motivos por los que se decidió el montaje de la misma. "La escultura ocupa ahora el puesto más destacado entre las preferencias de los artistas. La actividad tridimensional centra la vertiente creativa de los artistas más vanguardistas y la etapa más tardía de Miró coincide con su máxima dedicación al trabajo escultórico".

Fuerte nacionalismo

La comisaria de la muestra señaló que las piezas escultóricas de Miró están impregnadas de un fuerte nacionalismo. "Es la idea", recordó Gloria Moure, "que le hizo decir que había que ir de lo particular a lo universal. El nacionalismo de Miró era el mismo que podía atribuirse a Goya. Estaba en el modo de pintar. En Miró se encuentra en sus tramas sencillas, básicamente catalanas, que son el resultado de unir lo románico con lo radical".

Otra de las características de las piezas de Miró, destacadas por Gloria Moure, es su interés por la materia. "Sus esculturas son de contorno, no de interiores, y en esto su trabajo se asemeja mucho al de Gaudí". La última peculiaridad de la escultura mironiana está en la intemporalidad de las piezas, dado que los temas abordados en sus creaciones son intemporales.

Las obras no han sido presentadas en orden cronológico, sino que responden a una división por segmentos temáticos: objetos, textura y signo, color, monumentalidad y residuos. El conjunto de piezas con el que se nutren estos apartados no ha sido exhibido hasta el momento en ninguna otra muestra de la escultura de Joan Miró, según afirmó la comisaria de la exposición.

Entorno mediterráneo

El arquitecto Oriol Bohígas, presidente de la Fundación Joan Miró de Barcelona, ha realizado el montaje que soporta la exposición y que ha tenido un coste de alrededor de 25 millones de pesetas. Alfombras de pita, tarimas de madera de pino, cortinas de fibras vegetales son los elementos elegidos por Bohígas para crear los diferentes escenarios sobre los que se exhiben las esculturas. Se trata de un montaje con el que se ha querido recrear el entorno mediterráneo en el que el artista desarrolló su obra.

Y precisamente el escenario de la muestra, el edificio en el que se alberga el Centro de Arte Reina Sofía, alimentó la polémica con la que concluyó la presentación de la exposición. Oriol Bohígas reiteró ayer su postura contraria a la recuperación del edificio. "Este edificio tiene problemas estructurales muy graves. Defendemos absurdamente el patrimonio y nos estamos empeñando en recuperar edificios que estarían mejor destruidos. Concretamente, opino que éste no tiene ningún interés arquitectónico, que es deplorable y que sería mejor que hubiera sido destruido". También señaló que uno de los defectos del edificio es su acústica.

Miguel Satrústegui, director general de Bellas Artes, se vio obligado a dar una respuesta institucional defendiendo la recuperación del edificio, al que calificó de espléndido y adecuado para las funciones que realiza, además de constituir un punto urbanístico de especial interés en el barrio en el que se encuentra ubicado.

Mejorar el entorno

Oriol Bohígas respondió a este último punto afirmando tranquilamente que el entorno de la estación de Atocha hubiera mejorado con la desaparición del edificio. "Hay que derribar los edificios malos antiguos. Este barrio habría ganado mucho con este derribo". Posteriormente reconoció que, por lo menos, habría que haber derribado los dos últimos pisos.

El debate sobre las distintas teorías acerca de hacia dónde debe ir el urbanismo actual se prolongó durante varios minutos, hasta que quedó claro que las posturas eran irreconciliables. Oriol añadió que el problema no era exclusivo de Madrid, sino que era un tema necesitado de un amplio debate y acuerdo entre los responsables del urbanismo.

La anunciada subasta de obras de Joan Miró fue el último tema abordado. Oriol Bohígas, como miembro de la Fundación Miró de Barcelona, anunció que esta institución está realizando numerosas gestiones en sectores privados e institucionales para lograr que, al menos, una gran parte de las piezas de la subasta pueda ser adquirida para la fundación.

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