Almeyda justifica la violencia y lamenta el fracaso del atentado contra Pinochet
"Justifico moral y políticamente el derecho sin rebelión en Chile en las actuales circunstancias y me parece legítima la violencia", afirma el secretario general del Partido Socialista de Chile (PSOch), Clodomire Almeyda, de 63 años de edad, antiguo ministro de Relaciones Exteriores de Salvador Allende.
Clodomiro Almeyda, que visita estos días España para reunirse con militantes de su partido en el exilio, asegura que lo que lamenta del atentado del pasado mes de septiembre contra el general Augusto Pinochet "es que no tuviera éxito". El veterano dirigente socialista., que reside actualmente en Berlín Oriental, considera que el intento de acabar con la vida de Pinochet era una acción que contaba con el respaldo de la mayoría de los chilenos y cree que "si hubiera tenido éxito, todos los que ahora la critican estarían satisfechos".
El máximo dirigente del sector del socialismo encuadrado, junto al Partido Comunista de Chile (PCCh), en el Movimiento Democrático y Popular (MDP) estima que, en todo caso, "la violencia en Chile proviene en sus nueve décimas partes del Estado". La polémica suscitada en su país en relación con este tema es, a su juicio, "un pretexto, un show publicitario, que aprovechan los partidos del centro y de derecha para impedir la unidad de las fuerzas democráticas".
A raíz del atentado contra Pinochet, los principales partidos del centro y la izquierda moderada —la Democracia Cristiana y el partido socialista de la Alianza Democrática— descartaron la lucha armada como camino para la consecución de la democracia y criticaron al partido comunista por su apoyo al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, responsable de la emboscada en la que estuvo a punto de perder la vida el presidente chileno.
El atentado contra Pinochet creó en Chile una situación nueva en la que, por primera vez desde el año 1983, los jefes de las Fuerzas Armadas y dirigentes opositores coincidieron en la necesidad de un diálogo. Almeyda afirma a este respecto que su partido "no se va a cruzar" en ese diálogo, pero sí va a "presionar para que se consigan unas medidas mínimas inmediatas, tales como el regreso de los exiliados, la libertad de acción de los partidos políticos y las libertades de reunión y de prensa".
Primero, la movilización
Aimeyda no confía demasiado en los resultados que se puedan obtener con el diálogo y mantiene que "el elemento fundamental para llegar a la democracia no va a ser el diálogo y la negociación, sino la movilización social, por que el diálogo sólo puede producir un cambio doméstico". "No excluyo", añade, "que, como elemento secundario, tenga que haber negociaciones, pero debe negociarse sobre la fuerza que da el pueblo movilizado".
El secretario general socialista descarta una ruptura de su partido con el PCch, como han hecho otros grupos del centro y la izquierda moderada para favorecer un entendimiento con los jefes militares. "Nuestra alianza con el partido comunista es una alianza estratégica", afirma. Sí es partidario, sin embargo, de una reestructuración de la izquierda para ampliar el marco del actual MDP.
Durante su visita a España, Almeyda espera reunirse con dirigentes del PSOE, aunque confiesa no tener demasiadas esperanzas en conseguir que los socialistas españoles cambien de posición respecto a sus correligionarios chilenos.
El PSOE apoya en Chile al partido socialista dirigido actualmente por Ricardo Núñez y al que pertenece Ricardo Lagos. Este sector, coligado a la Democracia Cristiana, está ideológicamente más próximo a la socialdemocracia europea, y rechaza la violencia.
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